"No teníamos casa": Pepe Rodríguez ('MasterChef') se sincera sobre su infancia viviendo en un restaurante

Madrid

Pepe Rodríguez lleva inmerso en el mundo de la gastronomía prácticamente desde que tiene uso de razón. Principalmente porque creció en una casa de comidas de Illescas que servía para quitar el hambre a todo aquel que viajaba por la carretera que conectaba Madrid con Toledo, lo que le permitió conocer la cara y la cruz de este oficio desde que era tan solo un niño. Así lo ha dado a conocer esta semana en El Faro de la Cadena SER, donde ha llegado a la conclusión de que no tenían ni tan siquiera casa porque todo era abierto: "Para ir a mi casa particular tenía que pasar por una barra del bar llena de gente".

De ahí que su vida fuera completamente distinta a la de cualquiera de sus amigos y amigas: "No había intimidad. Siempre había algún grito, un ruido o algo. Era terrible". De hecho, siempre tenía que estar preparado por si su padre le llamaba para colaborar en el restaurante: "En aquella época mi padre no tenia piedad y hacían bajar al niño a echar una mano aunque estuviera viendo Mazinger Z. Te llamaban para limpiar las tazas, para fregar el mostrador o lo que fuese".

Pepe Rodríguez homenajea a su padre

A pesar de que no tuviera piedad con él, y que no le dejara ver algún que otro capítulo de Mazinger Z, Pepe Rodríguez ha aprovechado el altavoz de la Cadena SER para rendirle un sincero homenaje: "Siempre ha vivido en la clandestinidad y creo que es el momento de rendirle un homenaje, porque era parte del negocio. Por aquel entonces parece que siempre se hablaba de mi madre, porque era la propietaria, la dueña del local y parecía que mi padre había ido ahí de añadido porque venía de un mundo que no tenía nada que ver con la gastronomía y la hostelería".

A continuación, el chef ha explicado que su padre era torero y que llegó incluso a torear tres veces en la plaza de toros de Las Ventas (Madrid). Sin embargo, no llegó a hacer carrera en el mundo del toreo y acabó reconvirtiéndose en fotógrafo taurino hasta que finalmente acabó en la casa de comidas. Después de mucho tiempo, Pepe Rodríguez y sus hermanos descubrieron que su padre era "un bohemio" que acabó dedicándose íntegramente al restaurante cuando probablemente le habría gustado otro estilo de vida: "Le encerraron en el mundo de la hostelería y lo que sufriría este tío. Lo llevaba con dignidad pero veíamos que no era su mundo".

"Nos dejó embelesados"

De hecho, Pepe Rodríguez tampoco quiso dedicarse al mundo de la hostelería. Todo ello hasta que llegó un cocinero que le rompió todos los esquemas: "Nosotros hacíamos cocina de mesón y, de pronto, vino un cocinero a casa que venía trabajar de un restaurante con una estrella Michelin y aquello nos dejó embelesados".

A partir de entonces, Pepe Rodríguez y su hermano descubrieron que había otra forma de hacer las cosas y quisieron seguir ese camino. Y así es como transformaron aquella casa de comidas en un centro de vanguardia que a día de hoy es uno de los restaurantes más famosos de España.