EEUU e Irán califican de "positiva" la negociación del programa nuclear en Omán que llega siete años después de las últimas conversaciones
Las delegaciones de ambos países han acordado continuar las negociaciones la próxima semana

El enviado estadounidense Steve Witkoff saliendo de una corte neoyorquina en mayo de 2024. / The Washington Post

Madrid
Las delegaciones de Irán y Estados Unidos han acordado tras la primera ronda de conversaciones indirectas celebradas este sábado en Mascate (Omán) proseguir la semana que viene la negociación sobre el programa nuclear de la república islámica y el levantamiento de las sanciones al país.
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Fuentes de la negociación iraní han explicado a la agencia oficial de noticias IRNA que la negociación preliminar, liderada por el ministro de Exteriores Abbas Araqchi y el enviado norteamericano Steve Witkoff, han transcurrido en un ambiente positivo gracias a la mediación omaní.
"El ambiente de las conversaciones entre Irán y Estados Unidos ha sido positivo", ha hecho saber el equipo negociador. Es más, aunque el formato de la negociación no comprendía una reunión directa, Araqchi y Witkoff han terminado viéndose las caraas e intercambiando impresiones durante unos minutos en presencia del ministro de Asuntos Exteriores de Omán, Badr al Busaidy. Los negociadores no han dado por ahora más detalles sobre la fecha o el lugar de la próxima reunión.
Las primeras negociaciones en siete años
Estas conversaciones son las primeras de esta índole desde que la primera administración de Donald Trump decidiera abandonar unilateralmente en 2018 el llamado Plan de Acción Integral Conjunto, histórico acuerdo nuclear firmado tres años antes entre Teherán y las potencias mundiales (todos los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, Rusia incluida, más Alemania y la Unión Europea).
El acuerdo comprometía a Irán a garantizar la naturaleza pacífica de su programa a cambio de la retirada de sanciones y, por lo tanto, su reincorporación a los mercados internacionales. Trump acabó marchándose del acuerdo, un logro de su predecesor, Barack Obama, tras asegurar que el pacto no estaba obteniendo resultados y que Irán estaba a punto de hacerse con un arma nuclear, a pesar de los constantes desmentidos de Teherán.
Desde entonces, Irán se ha ido distanciando cada vez más de sus compromisos adquiridos con la agencia nuclear de Naciones Unidas, la Organización Internacional de la Energía Atómica. En noviembre del año pasado, y en respuesta a una resolución condenatoria del OIEA a este respecto, Irán anunció la activación "un número sustancial" de nuevas centrifugadoras avanzadas de enriquecimiento de uranio tras condenar la amonestación como "politizada" y "destructiva".
Trump ha regresado al poder con voluntad, asegura, de negociar un acuerdo satisfactorio y ahorrarse tener que emprender acciones militares contra la república islámica, como ha amenazado desde su retorno a la Casa Blanca. "Creo que todo el mundo estará de acuerdo en que sería preferible llegar a un acuerdo", dijo el pasado lunes, antes de resaltar que la alternativa "es algo en lo que no querría estar implicado".
Teherán ha acogido estos comentarios a medio camino entre la voluntad y el recelo, ha insistido en que no existirán acercamientos directos en un primer momento aunque ha asegurado que acudirá como un gesto de respaldo a la iniciativa. "Con seriedad y cándida vigilancia, estamos dando una verdadera oportunidad a la diplomacia. Estados Unidos debería valorar esta decisión, tomada a pesar de aspavientos de confrontación, que prevalece. No prejuzgamos. No predecimos", expresó en respuesta el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Esmaeil Baqaei.




