La factura arancelaria llega a los videojuegos: Sony sube el precio de la PlayStation 5 por el entorno económico "desafiante"

Madrid

El impacto de la guerra arancelaria en el bolsillo de los consumidores ya es una realidad. Sony ha anunciado una subida de precios del modelo más vendido de la PlayStation 5 (PS5) en cuatro de sus mercados internacionales más importantes: Europa, Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda. La compañía de origen japonés ha sido una de las primeras en trasladar al consumidor la subida de precios desatada por la política arancelaria de Donald Trump.

Concretamente, Sony ha anunciado a través de su blog oficial que sube de precio de la edición digital de la PlayStation 5 hasta los 499,99€, frente a los 449,99€ que costaba hasta ahora. Es decir, se trata de un incremento de más del 10% que la compañía ha empezado a aplicar a partir de este lunes, en un intento de adelantarse al impacto que la política arancelaria y sus derivadas -como la devaluación del dólar- van a tener sobre su negocio.

Sin embargo, la actualización de precios deja también algunas buenas noticias. El lector de discos que puede acoplarse a la videoconsola ha sufrido una rebaja de precios al pasar de 119,99€ a 79,99€. Por tanto, el coste de la PS5 digital junto con el lector, supone un aumento total de 10 euros respecto al precio anterior. Ni el precio de la Play Station Ultra HD con lector Blu-Ray ni el de la PS5 Pro han sufrido cambios.

El sector advierte de un "impacto negativo" para millones de familias

El de los videojuegos es uno de los sectores más expuestos a la ofensiva arancelaria de Donald Trump: el 75% de las videoconsolas importadas a Estados Unidos provienen de China y México es uno de los grandes proveedores de discos del mundo.

Compañías como Nintendo (-9,6%) o Sony (-6%) han sido algunas de las más golpeadas en bolsa en la última semana, mientras la Entertainment Software Association -de la que forman parte compañías como Nintendo, Microsoft o Sony- ya han alertado en un comunicado de que "los aranceles tendrán un impacto negativo sobre millones de familias y dañarán la contribución de la industria a la economía de EE.UU.".