La teoría del cuello de botella o el último de la fila

En 1984, Eliyahu M. Goldratt publicaba 'La meta', una fábula empresarial que popularizaría la teoría del Cuello de Botella. Los protagonistas han de reflotar una empresa que hace aguas y que, si en tres meses no endereza el rumbo, tendrá que cerrar.

El motivador de 'Si amanece', Francesc Miralles, apunta que el problema es no saber cuál es la meta. Además, añade que siempre hay una, sea cual sea la empresa que salvar.

No obstante, quienes formularon la teoría, la solución al lío la encontraron en una excursión de niños que se retrasaba todo el rato porque uno de ellos era más lento que el resto y frenaba toda la marcha. Este sería el cuello de botella de esta empresa.

El primer paso para mejorar una organización, según Miralles, es identificar al eslabón más débil. Una vez identificado el cuello de botella, el motivador se plantea qué hacer: "Hay que responder a tres preguntas simples: qué cambiar, cambiar a qué y cómo causar el cambio".

Para profundizar en la teoría, Francesc Miralles plantea un ejercicio práctico: ¿cómo podríamos resolver el cuello de botella de la excursión infantil?

Laura, aunque siente pena del niño, lo reubicaría dentro del grupo para alentarlo a ir más rápido. Mientras que Adriana y La Parda abogan por endosarle el niño a algún profesor. Vendría a ser como repartir el peso entre todo el grupo para aligerar su carga, plantea Miralles.

La teoría de 'La Meta' en el día a día

El motivador opta por plantearse algunas preguntas de antemano para trasladar la disyuntiva al día a día de cualquier persona. ¿Cuál es tu cuello de botella en la gestión del tiempo? ¿Cuál es tu principal fuga de minutos y horas que podrías atajar? ¿Cuál es tu cuello de botella en la economía? ¿Por dónde se atasca el ahorro o la generación de ingresos? ¿Cómo podrías remediarlo?

Estas mismas cuestiones que plantea la obra de 'La Meta', afirma Miralles, son trasladables a muchos otros aspectos de la vida: relaciones, trabajo, estudios, etc.

Para acabar, el motivador recurre a una inspiración sobre la fortuna del mismo Eliyahu M. Goldratt: "La buena suerte es cuando la oportunidad se encuentra con la preparación, mientras que la mala suerte es cuando la falta de preparación se encuentra con la realidad".