Pepe Rodríguez se sincera sobre su infancia: "Mi madre montó el restaurante para salvar a sus hijos del caos"

Pepe Rodríguez es uno de los rostros más conocidos de la televisión española, especialmente entre los seguidores de los concursos de cocina. El toledano es jurado del famoso programa 'Masterchef' desde sus inicios en TVE, además de sus ediciones Junior y Celebrity. Pero Rodríguez no solo es conocido por su faceta televisiva, sino que es el dueño del restaurante El Bohío en Illescas (Toledo), un establecimiento familiar fundado por su abuela.

Ella, Valentina, fundó esta venta toledana en el año 1934 junto a su tía abuela. Sus padres pasaron a hacerse cargo del restaurante y Pepe comenzó a trabajar en sus cocinas con tan solo 22 años. El cocinero, en una entrevista concedida a Mara Torres en 'El Faro', ha querido explicar qué tienen en común el restaurante que fundó su abuela con el que cogió su madre y con el que reformuló él mismo, dejando una reflexión sobre su infancia y la gran fuerza de voluntad de su madre.

"Las ganas de trabajar, el esfuerzo, la dedicación, no cansarte. No te voy a decir que mi madre no montó un restaurante con la idea que tengo yo ahora, lo montó para salvar a sus hijos del caos", ha recordado Rodríguez en el programa de la SER, que reconoce que lo hizo porque su padre (novillero y fotógrafo taurino) no llevaba ingresos a casa y era necesario poner a funcionar un negocio.

"Esto de la fotografía taurina está muy bien, dar paseos por España... pero aquí no entra un duro, vamos a montar algo", indica el cocinero que pensó su madre, a la que describe como "una mujer que no había trabajado en su vida" y que "no tenía necesidad porque habían hecho las Américas".

"Más o menos vivía medianamente bien sin currar, que eso ya era un lujo para esa época, y se puso a currar como una valiente, no te imaginas, yo he visto que mi madre caía enferma del estrés que tenía, se le caía el pelo del estrés, del trabajo que tenía", ha rememorado el jurado de 'Masterchef', que admite que su madre se dejaba la piel cada día para sacar adelante El Bohío.