El potencial de España en el campo de la reproducción asistida

Madrid

Hace más de cuatro décadas que nació en la Clínica Dexeus de Barcelona la primera niña probeta de este país. Actualmente, el 12% de los nacidos en España vienen al mundo por reproducción asistida. De estos, uno de cada cuatro ha necesitado un donante de gametos para ser concebido. La reproducción asistida con donación es un proceso complejo porque en la fecundación interviene una tercera persona, en ocasiones incluso una cuarta si tanto el óvulo como el semen son de donantes.

España es una potencia en este sector biomédico. Una de las razones es la legislación vigente, más permisiva que en otros países. Aquí la Ley no contempla un límite de edad para acceder a tratamientos de fertilidad en la sanidad privada. En la pública la edad límite la establece cada Comunidad Autónoma y en la mayoría de los territorios es de 40 años para la mujer y 50 para el hombre. En el tema que nos ocupa la edad sí importa porque el aumento de los nacimientos por reproducción asistida no está vinculado a un incremento de problemas de esterilidad, sino al retraso en la edad para ser madre.

Dentro del bio banco

La historia de Gametia, bio banco de gametos masculinos pionero y líder en España, se remonta a 1993 cuando el médico embriólogo José Antonio Castilla decide emprender un programa de donación de semen en Granada. En 2019 este bio banco pasa a formar parte de la multinacional alemana Next Clinics que cuenta con ocho clínicas entre España y Portugal. Hoy en Gametia se barajan cifras importantes con más de 6.000 donaciones de semen y 15.000 envíos en un año.

El director de operaciones, Carlos Zafrilla, explica el proceso de selección de donantes. "No todo el mundo sirve. El porcentaje de aceptación de los candidatos está entre el 10 y el 20%". Es decir, al menos 8 de cada 10 con rechazados. La principal razón es la calidad seminal, además de otros criterios genéticos o psicológicos. Los candidatos aceptados tienen que comprometerse a cumplir una serie de normas como la abstinencia sexual de tres a cinco días antes de la donación. Además de consumo cero de alcohol y de drogas, etc. El donante de esperma recibe como compensación por las molestias 50 euros.

La legislación establece que la donación de gametos es anónima, tema polémico, y de carácter altruista, por lo que está prohibido vender o comprar óvulos o semen. Los bio bancos y las clínicas pagan una cantidad que consideran simbólica por las molestias, 50 euros en el caso de gametos masculinos y en torno a 1.000 euros por los femeninos. La diferencia en la cuantía está justificada porque en el caso de la donación de óvulos el proceso es muy complejo. La donante se somete a un tratamiento de fertilización, un control diario con analíticas y ecografías y a la extracción de los óvulos tras una sedación.

Razones para ser donante de óvulos

Pese a que en España no se admiten las razones económicas para ser donante, Mercedes no tienen ningún reparo en reconocer que ella lo hizo por dinero. Fue donante en tres ocasiones y paró ahí porque la tercera no fue una buena experiencia. En este momento no repetiría porque su situación económica ha mejorado y ya no lo necesita. Zaira asegura que ella no lo hizo por dinero. Ha donado en cinco ocasiones y está pensándose si repetir por sexta vez.

Júlia Bertran, periodista y autora del libro Querida desconocida ha sido madre por donación. En el momento en el que se planteó la maternidad sus óvulos ya no eran viables. Para ella no fue fácil tomar la decisión de aceptar el óvulo de otra mujer. Tuvo que enfrentarse, por sus convicciones personales, a dilemas y contradicciones que ha tenido que asumir. "No voy a utilizar eufemismos, he comprado un óvulo de otra mujer para ser madre", afirma Julia. Su hijo, que ahora tiene 3 años, sabrá desde siempre cómo ha sido concebido.

Hijos por donación

Es España las personas dono concebidas no tienen derecho a conocer su origen biológico. El anonimato de los donantes está regulado por Ley y sólo cabe la posibilidad de que conozca sus orígenes biológicos en muy pocas excepciones: por “peligro para la vida” por enfermedad genética, y por asuntos penales. Hace 5 años el Comité de Bioética de España (CBE) recomendó en un informe que los donantes de espermatozoides y las donantes de óvulos dejaran de ser anónimos. Los miembros del Comité consideraron que debería primar el derecho de una persona nacida gracias a técnicas de reproducción asistida a conocer sus orígenes biológicos sobre el derecho del donante a que esa persona nunca llegue a saber quién es.

Sin embargo, esa recomendación ha caído en saco roto y la primera generación de adultos fruto de las técnicas de reproducción asistida se ha organizado y ha creado una asociación con un objetivo principal: acabar con el anonimato de los donantes. Miquel Roura forma parte de esa asociación a él le ocultaron que era hijo por donación de esperma hasta la adolescencia. Me enteré, nos cuenta, porque mi padre murió de una enfermedad y al preguntar si yo podría heredarla mi madre me contó que él no era mi padre biológico. A partir de ahí surgieron dudas y preguntas sobre su identidad que ha ido arrastrando y procesando a base de tiempo y terapias.