Francisco, el papa más futbolero y socio de San Lorenzo que nunca se atrevió a elegir entre Messi o Maradona

El papa Francisco ha muerto este lunes a las 7.35 horas a los 88 años. Lo ha hecho en su residencia de la Casa Santa Marta, tal y como anunció el camarlengo, el cardenal Kevin Joseph Farrell: "Con profundo dolor tengo que anunciar que el papa Francisco ha muerto a las 7.35 horas de hoy, el obispo de Roma ha vuelto a la casa del padre, su vida entera ha estado dedicada servicio del Señor y de su Iglesia y nos ha enseñado el valor del evangelio con fidelidad, valor y amor universal y en manera particular a favor de los más pobres y marginados".

En un gesto poco frecuente en los ocupantes de la Silla de San Pedro, Bergoglio exhibió desde el comienzo su amor por el fútbol, recibió en la Santa Sede a delegaciones de equipos de todo el mundo y saludó, con especial efusividad, a cuantos feligreses le salían al encuentro con camisetas de Argentina y, cómo no, de San Lorenzo. Destacar que dicho club fue fundado en 1908 por un cura, el padre Lorenzo Massa. Su idilio por San Lorenzo llegó en 1946, coincidiendo con el título de liga del equipo argentino.

Si todo sigue según lo previsto, la nueva cancha de la entidad azulgrana -en los terrenos del Viejo Gasómetro- llevará el nombre de papa Francisco, algo que, confesó, a él no le entusiasmaba. Además de los éxitos deportivos celebrados de San Lorenzo, también vibró con los de la Albiceleste, a la que vio ganar tres Mundiales: Argentina 1978, México 1986 y Catar 2022.

El papa Francisco, en sus declaraciones, nunca quiso hacer público si era mejor futbolista Diego Armando Maradona o Leo Messi, los dos jugadores más significativos de la Albiceleste. Por ello, prefería 'despejar balones' y quedarse con el brasileño Pelé: "Voy a agregar a un tercer jugador, Pelé. Son los tres que yo más he seguido. Maradona fue un grande, pero como hombre falló. Messi es correctísimo, un señor. Pero para mí, de estos tres, el mejor es Pelé", llegó a asegurar en una entrevista con la RAI italiana. De hecho, hay una anécdota entre Francisco y Messi: cuando Leo le hizo una visita una vez ya fue nombrado Papa, Bergoglio se dirigió a él entre risas y aseguró: "Claro que es muy bueno, pero no es Dios".

Destacar también que a menudo usó metáforas deportivas en sus audiencias para aproximarse a sus feligreses, al hablar de los "discípulos del Señor" como "jugadores" y "equipo"; o referirse al "partido honrado y valiente" que él debía disputar como pontífice.