De la Hoz: "No es solo simbología, la Iglesia ha tenido intervención directa en muchos procesos de la democracia"

El legado del papa Francisco está siendo escrutado tras su fallecimiento. Sus doce años como Pontífice han estado marcados por un gran simbolismo que, en sus últimos meses, ha sido criticado por no tener resultados tan contundentes como se le exigían. Por otra parte, sectores más conservadores del catolicismo también han criticado a Francisco precisamente por su ideología y su acercamiento a posturas más sociales y aperturistas, dentro de lo posible, de la Iglesia.

Cristina de la Hoz ha compartido su opinión sobre ese simbolismo en El Abierto de 'Hoy por Hoy' de este miércoles, respondiendo a su vez a su compañero, el periodista Carlos Sánchez, que ha considerado que el reconocimiento y la influencia del pontífice no han sido suficientes para frenar, entre otras, las políticas del presidente estadounidense de Donald Trump.

La periodista ha argumentado que el papa Francisco es un gran referente y una autoridad moral que no solo se ha dedicado a compartir símbolos y discursos, sino que junto a la Iglesia, "ha sido mediadora en conflictos, por ejemplo en Hispanoamérica y ha ayudado a la resolución real de conflictos con guerrillas en Colombia y luego en Miramar". De la Hoz ha expresado que aunque el Papa haya sido muy influyente, no se puede "pretender que ejerza también el liderazgo de Estados Unidos porque cada país tiene sus líderes y pesa lo que pesa en el concurso de la política internacional".

"Hay que saber diferenciar entre los símbolos que son importantes y los que no"

Joan Subirats ha respondido que "nadie duda de que la Iglesia, más allá de los símbolos, tiene una fuerza real en determinados ambientes". A pesar de reconocer el papel de la Iglesia como mediadora en conflictos, Subirats ha apoyado el argumento de Sánchez considerando que, por mucha fuerza que tenga el Vaticano "como transmisor de una serie de ideas", estas no producen ningún cambio en el panorama político e internacional.

Subirats ha expresado que para entender el debate "hay que diferenciar entre los símbolos que son muy importantes, que la Iglesia los tiene, y los que no". Y para él, el discurso del Papa "no tiene ninguna influencia, desgraciadamente".