El extraño caso del Vaticano

Con motivo del fallecimiento del papa Francisco, el fiscal de 'Si amanece' se adentra en algunas dudas en torno a la institución siempre difusa del Vaticano y la Santa Sede. ¿Son conceptos sinónimos o tienen diferencias?; ¿el Vaticano es un Estado?, ¿siempre lo ha sido?; ¿es el papa el equivalente, a todos los efectos, a un jefe de Estado?; ¿siempre ha sido lo mismo históricamente?

Félix Martín va más allá y se pregunta qué pasaría si se comete un delito en la mismísima Plaza de San Pedro. Por ejemplo, un robo. ¿Quién investigaría y quién juzgaría ese delito? ¿Se han investigado asesinatos ocurridos dentro de las fronteras del Vaticano? En todas estas incógnitas se aglutinan la Historia, el Derecho, la Filosofía política y el true crime con tal de dar una respuesta verosímil.

Pero antes, el fiscal retoma la costumbre de introducir el tema a partir del fragmento de una película, en este caso británica, a la que los acontecimientos del pasado lunes han situado en plena actualidad: 'Cónclave' (Edward Berger, 2024).

El filme está basado en la novela de Robert Harris, interpretada en la ficción por Ralph Fiennes, Stanley Tucci e Isabella Rosellini. Cabe mencionar que 'Cónclave' obtuvo el Óscar a Mejor guion adaptado y 4 premios Bafta, entre los que se estaba mejor película.

La película aborda cómo tras la inesperada muerte del sumo pontífice, el cardenal Lawrence (Ralph Fiennes) es designado como responsable para liderar uno de los rituales más secretos y antiguos del mundo: la elección de un nuevo papa. Cuando los líderes más poderosos de la Iglesia católica se reúnen en los salones del Vaticano, Lawrence se ve atrapado dentro de una compleja conspiración, a la vez que descubre un secreto que podría sacudir los cimientos de la Iglesia.

Sin duda, 'Cónclave' es una obra que gustó al fiscal de 'Si amanece' por la gran variedad de matices que aporta sobre la Iglesia como institución. Además, evidencia la dimensión política y humana que esta posee: está conformada por hombres y en su cúpula solo se encuentran estos, con todo lo que eso implica. Los egos, las ambiciones, la dudas. "La angustia del personaje magníficamente interpretado por Ralph Fiennes se transmite al espectador", afirma Félix Martín, "y eso es maravilloso desde un punto de vista cinematográfico".

Por otro lado, la película manifiesta la trascendencia política y ética que tiene la elección de un papa. La figura de Francisco ha sido buena prueba de ello, se sea o no católico.

Diferencias entre la Santa Sede y el Vaticano

Una vez introducido el tema, el fiscal de 'Si amanece' entra en materia: ¿'Vaticano' y 'Santa Sede' son conceptos sinónimos?

La respuesta es no. Mientras que el Vaticano es un Estado, la Santa Sede bautiza la institución que se encuentra en dicho lugar. Aunque esta no es la única conexión, ya que el líder de ambos es el papa, al mismo tiempo jefe del Estado que el máximo representante de la Iglesia católica. Pero, además, el papa ostenta un tercer cargo que lo hace todo más complicado jurídicamente: es el obispo de Roma.

Entonces, en Roma se da una triple realidad que trasciende a lo jurídico. Es capital de un Estado, Italia; es la ciudad que dentro alberga otro Estado, El Vaticano; y, al mismo tiempo, es la sede de la Santa Sede. ¿Cómo es eso posible jurídicamente?

Para responder a esta cuestión, el fiscal debe remontarse un poco a la historia. Cabe apuntar que la Santa Sede es mucho más antigua que el Vaticano. Según la tradición católica, el origen de esta es la sede apostólica de la diócesis de Roma, la cual fue establecida por san Pedro y san Pablo en el siglo I. Fue entonces cuando se escogió Roma y no Jerusalén, por ejemplo, mucho más vinculada a la historia de Jesús de Nazaret.

Los historiadores consideran que hay razones claramente estratégicas en la decisión de los cristianos de establecer su centro neurálgico en Roma. La tradición cristiana afirma que el mensaje de Cristo a sus seguidores fue: “Id por todo el mundo a predicar la buena nueva”. ¿Cuál era la capital del mundo en esa época? Roma, corazón del Imperio que dominaba el mundo. Y ¿qué es lo que hizo la Iglesia? Adherirse al Imperio Romano y, seguidamente, adoptar su 'forma' o 'fisonomía' terrenal. Es decir, la organización, la estructura, el derecho, la lengua, etc.…

El resultado de todo ello fue su expansión por el mundo a una enorme velocidad. Por ello, según la tradición católica, san Pedro apóstol fue siete años obispo de Antioquía. Luego, viajó a Jerusalén, donde fue apresado y encarcelado hasta el año 42, cuando le liberaron y se dirigió a la capital del Imperio romano y se puso al frente de aquella comunidad cristiana. No fue azar, fue estrategia política.

La Iglesia católica en Roma, ¿por qué allí?

Otra de las disyuntivas que le surgen a Félix Martín es el proceso jurídico por el cual la Iglesia católica pasó de establecer su sede en Roma a crear un Estado propio dentro de ella. Según el fiscal, se diferencian varias fases.

El primer salto se produce con el emperador Constantino y el edicto de Milán del año 313, momento en el que el cristianismo se materializa en el poder oficial. Con base en este decreto, el emperador Constantino autorizó la libertad religiosa y supuso un punto de inflexión. El fiscal resalta 2 de las decisiones que tomó este mandatario.

Por un lado, regaló a la Iglesia varias edificaciones, entre ellas, la Basílica de San Juan de Letrán y el Palacio de Letrán, que luego serán la sede de la diócesis de Roma cuyo obispo es el papa.

Además, Constantino ordenó construir una basílica en la colina vaticana en honor a san Pedro, al considerar que era el lugar donde estaba la tumba de este. Es, precisamente, la actual sede oficial de la Santa Sede. Aunque no hay que confundirla con la actual Basílica de San Pedro, que es del siglo XVII y que se alzó sobre la antigua Basílica de San Pedro.

Esta primera etapa se extiende hasta la caída del Imperio Romano. Tras la caída de Occidente, la península itálica quedó sumida en una fragmentación política, con diversas tribus germánicas establecidas en sus dominios. Aunque Roma pertenecía todavía al imperio Bizantino, la lejanía de Constantinopla, la llegada de los germanos y, posteriormente, de los lombardos, la alejaron de su protección.

Frente a este panorama, los papas tomaron las siguientes decisiones: convertirse en Estado sobre el que ejercer el poder político y militar y asumir alianzas estratégicas con las potencias correspondientes. Por vez primera, se prestó una ayuda mutua entre Carlomagno y la Iglesia católica. Este era el inicio del emperador del Sacro Imperio Romano Germánico bajo la figura de Carlomagno. Por tanto, es un mero título imperial que permitía al papa ejercer, dentro de su territorio, todo el poder. De esta manera, era como un rey y, al mismo tiempo, atribuía al emperador de turno la posición de defensor de la Iglesia, al ser su máximo representante político-militar.

Esta alianza dio mucha estabilidad a Roma y a los Estados Pontificios. Durante más de un milenio, Roma, teniendo a los papas como reyes, fue la capital de estos Estados Pontificios y el centro del mundo cristiano.

A finales del siglo XV e inicios del XVI, el territorio gobernado por la Iglesia alcanzó su mayor expansión territorial, llegando a ser la primera potencia en la península italiana. Los Estados Pontificios abarcaban lo que hoy son las provincias del Lacio, Las Marcas, Umbría y Emilia-Romana. No obstante, el papa delegaba el gobierno de estas zonas a otros mandatarios y él se centraba en Roma y la Iglesia.

Uno tras otro, los papas se centraron en conservar y consolidar su poder a través del embellecimiento de Roma y los edificios de la Iglesia. Por este motivo, buscaban y pagaban a los mejores artistas de la época con sus encargos. No es casualidad que la construcción de la actual Basílica de San Pedro se hiciera a lo grande; ni que se pudieran encargar obras inmensas a los mejores artistas del momento. Es aquí cuando Miguel Ángel y Rafael, entre otros, llegan a Roma de la mano del papado y nace la Capilla Sixtina, la cúpula de San Pedro o las bellísimas estancias de San Rafael.

Sin duda alguna, afirma el fiscal, "Roma exhibe su poder como forma de mostrar musculatura".