El Gobierno descarta la salida de Marlaska pese a que no informó a la Moncloa de la compra de balas a Israel
Sánchez descarta exigir responsabilidades políticas al ministro del Interior a pesar de que su departamento formalizó el contrato con la empresa israelí sin informar a Moncloa, que había ordenado paralizar la compra seis meses antes. El PSOE admite el malestar con la gestión de Marlaska pero no ve mala fe
El presidente del gobierno Pedro Sánchez, la ministra de Defensa, Margarita Robles, y el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.-EFE/ Borja Sanchez-Trillo POOL / Borja Sanchez-trillo (EFE)
En plena Semana Santa y sin informar a la Moncloa, Interior decidió, tal como avanzó la Cadena SER, formalizar la compra de munición a Israel que el presidente del Gobierno había ordenado anular seis meses atrás. La promesa, verbalizada por el propio Sánchez en el Congreso de los Diputados, o por la ministra Alegría desde la sala de prensa del Consejo de Ministros, implicaba no realizar ningún tipo de compraventa de armas al país hebreo para no contribuir indirectamente a su operación militar en Gaza.
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Interior sin embargo optó por seguir adelante con la adquisición de los 15 millones de balas, atendiendo al criterio del abogado del Estado adscrito a ese departamento, según el cual no era aconsejable paralizar la compra en un punto tan avanzado del proceso. El propio ministerio informaba unas horas después de hacerse públicos los planes de compra, que se había abierto un proceso riguroso para estudiar todas las posibilidades de anulación y cumplir con la palabra de Sánchez, pero que se había concluido que era legalmente imposible.
Pedro Sánchez, según las distintas fuentes del Gobierno consultadas, se enteró del paso dado por Interior a raíz de su publicación el miércoles en los medios de comunicación. La noticia llegaba en un momento delicado para la coalición, que trataba de contener las discrepancias que había generado solo unas horas antes la aprobación del plan de Seguridad y Defensa, con el que España espera cumplir con la inversión del 2% del PIB comprometido con la OTAN. Una hoja de ruta con la que además el equipo del presidente buscaba dar un impulso al Gobierno y retomar la iniciativa política tras el parón por las fiestas.
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El presidente, que ha hecho durante estos meses bandera de la defensa de la causa palestina y en contra del belicismo en Gaza y Ucrania, ordenó ese mismo día buscar la manera de revertir la decisión. La Moncloa tardó apenas unas horas en encontrar lo que Interior intentaba durante seis meses. Menos de un día después de estallar, la crisis estaba atajada.
El enfado de Sumar y sobre todo el órdago planteado por Izquierda Unida, que reclamó la salida del Gobierno de Marlaska y Robles, también aceleró los pasos de la Moncloa donde se pusieron manos a la obra tras una conversación entre Díaz y Sánchez en la que acordaron intentar paralizar la compraventa para apaciguar los ánimos en la coalición.
Antonio Maíllo, coordinador federal de Izquierda Unida
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Los socialistas creen que la crisis con Sumar está atajada y resuelta, aunque admiten la incomodidad y el malestar que ha generado la polémica con Interior. La mayoría de dirigentes consultados por la SER descartan que Sánchez vaya a pedirle a su titular que asuma responsabilidad política alguna, aunque hablan de fallo o error del ministerio, pero nadie en el PSOE reclama la salida del Gobierno de su titular. El presidente, que desautorizó a Marlaska, trasladó ayer que su intención es que siga en su cargo. En La Moncloa rebajan el alcance de su fallo a una cuestión administrativa aunque lo cierto es que la formalización del contrato, responsabilidad última secretario de Estado de Seguridad, se hizo sin que Presidencia tuviese constancia de la decisión.
