"Es buen barco, pero lo juzgaré cuando termine el viaje": venden por 300.000 libras una carta de un coronel que viajó en el Titanic
El coronel Archibald Gracie IV, perteneciente a una de las familias más importantes de EEUU, envió una postal a un amigo el día que embarcó en el naufragio

Carta de un superviviente del Titanic

Madrid
El pasado 14 de abril se celebró el 113º aniversario del hundimiento del Titanic, el náufrago más conocido de la historia debido a la catástrofe que acabó con la vida de más de 1.500 de sus pasajeros y tripulación.
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Durante los últimos años se han ido descubriendo artículos procedentes de los pasajeros del naufragio, los cuales han sido contrastados por historiadores y subastados posteriormente en diferentes casas de subastas. El último de ellos en subastarse ha sido la carta del coronel Archibald Gracie IV, uno de los supervivientes del Titanic.
"Es un buen barco, pero esperaré a que termine mi viaje antes de juzgarlo", señalaba Archibald en una tarjeta postala un amigo, la cual está fechada el 10 de abril de 1912, día en el que el navío inició su travesía. Pese a que este tipo de artículos no suele salir a la venta, la carta se ha vendido por 300.000 libras, un precio cinco veces superior al que se esperaba.
"El Oceanic es como un viejo amigo y, si bien no posee el estilo elaborado y la variada diversión de este gran barco, aun así, sus cualidades marineras y su apariencia de yate hacen que la extrañe", escribió el coronel en la carta sobre cómo era el Titanic comparado con otro barco en el que navegó anteriormente.
"Una pieza de museo verdaderamente excepcional"
Archibald Gracie IV, según relató meses antes de morir en diciembre de 1912, ayudó a las mujeres y a los niños a subir a los botes salvavidas y les trajo mantas antes de que el barco se hundiera. Momentos antes de que el Titanic se hundiese de forma total, el coronel logró subirse a un bote plegable volcado junto con algunas docenas de hombres más.
"Es imposible exagerar la rareza de este lote, está escrito por uno de los sobrevivientes de más alto perfil, con excelente contenido y en el medio más raro, una tarjeta de carta. Una pieza de museo verdaderamente excepcional", destacan los subastadores de Henry Aldridge and Son, la casa encargada de la venta.




