El ingeniero español que conquistó el mundo con el gran invento de su vida: "Nunca nadie había aterrizado antes en la Casa Blanca"

Madrid

Hace ya más de 100 años, concretamente en 1923, el ingeniero español Juan de la Cierva inventaba el autogiro. Una aeronave, precursora de los helicópteros modernos, que se convertiría en un éxito inmediato al tratarse del vehículo más seguro y económico para sobrevolar los cielos. Y es que, por aquel entonces, los vuelos eran todavía muy costosos y peligrosos. De ahí que fueran muchas las personas que se mostraran asombradas ante la idea de Juan de la Cierva y los beneficios que ofrecía tanto para la aviación civil como para la aviación militar, que soñaba con utilizar este autogiro con fines militares.

Gracias a ello, el protagonista de esta historia se convertía en una eminencia de la ingeniería en nuestro país, pero también en otros como Reino Unido, Estados Unidos o Japón, donde sería aclamado por su invento. Todo comenzó el 9 de enero de ese mismo año, cuando el teniente Alejandro Gómez Spencer completaba con éxito el primer vuelo de esta aeronave en el aeródromo de Getafe. Tras el éxito de este primer vuelo, y de muchos otros que le seguirían más adelante, Juan de la Cierva comenzó a atraer las miradas de propios y extraños. Pero cuando realmente empezó a triunfar fue cuando se fue a ciudades como París y Londres a enseñar su invento.

Un invento revolucionario

También con las distintas exhibiciones que empezaba a hacer en nuestro país, lo que lleva a muchos países a interesarse por el autogiro. Así lo cuenta Jesús Callejo en el último programa de SER Historia, donde recuerda el salto definitivo del ingeniero a al fama: "Entonces, Juan de la Cierva se interesa en construir este tipo de aeronaves tanto para España como a nivel mundial. Crea su propia empresa, Cierva Autogiro Company, y a partir de ese preciso instante da el esperado salto internacional". Gracias a ello, Juan de la Cierva se convierte en una celebridad a nivel mundial.

Juan de la Cierva y su autogiro

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Varios años después de la creación del primer autogiro, el protagonista de esta historia es recibido en Nueva York por cuatro autogiros fabricados en Estados Unidos que le dan la bienvenida volando en formación: "Es que era super conocido". Y es que el autogiro se había convertido en una aeronave tan especial que incluso se convirtió en la primera de la historia que entró por primera vez a la Casa Blanca: "Se sabe que uno de sus autogiros aterrizó ni más ni menos que en los jardines de la Casa Blanca. Nunca antes había aterrizado un avión o cualquier cosa en la Casa Blanca por las medidas de seguridad que ellos conllevaba. Eso te da idea de lo importante que era".

Auge y caída de Juan de la Cierva

Un invento que le permitió convertirse rápidamente en uno de los grandes inventores de su época. Tal y como nos cuenta Jesús Callejo, Juan de la Cierva llegó a ser recibido en Estados Unidos tanto por Henry Ford como por el presidente Herbert Hoover. De ahí que fuera considerada como una persona realmente importante para una sociedad estadounidense que alucinaba con sus ideas: "Eso no lo hacían con cualquiera".

Lamentablemente, su vida acabó mucho antes de lo esperado. El 9 de diciembre de 1936, el ingeniero fallecía en el aeropuerto de Croydon en un accidente de avión. Y esa fue probablemente una de las grandes paradojas de su vida. Después de crear la aeronave más segura de la historia, este acabó perdiendo la vida volando en otra aeronave más.