¿A favor o en contra de los límites del 'true crime'?
Félix Martín, fiscal de 'Si amanece', abre el Juzgado de Guardia para plantearse el interés que suscita este género

¿A favor o en contra de los límites del 'true crime'?
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La disyuntiva que plantea Félix Martín en el programa de hoy responde al auge del 'true crime' en los últimos años: ¿hay que establecer límites a este género? El fiscal de 'Si amanece' va más allá y se pregunta si estas barreras son necesarias o, a la contra, son la antesala de la normalización de la censura.
Lo cierto es que el 'true crime' ha culminado en España en las últimas semanas con dos polémicas que se han sucedido en muy poco tiempo, con ocasión de la publicación de un libro y de la emisión de un documental.
La primera consiste en la decisión de la editorial Anagrama de no publicar la obra 'El odio', a pesar de tener aval judicial, y restituir todos los derechos al autor, Luisgé Martín.
Por otra parte, la semana pasada Netflix comunicó que suspendía el estreno de la docuserie “Angie, crimen y castigo” por orden judicial. En este segundo caso, la propia condenada por el crimen había presentado una demanda en los juzgados en la que solicitaba como medida cautelar la suspensión de la emisión de la serie. La razón subyacía en que aparecían imágenes personales previas al crimen que no habrían contado con el consentimiento de la afectada.
El fiscal, Félix Martín, añade un tercer caso, el de Ana Julia Quezada, la asesina del pequeño Gabriel.
El interés que suscita el 'true crime' no es nuevo
Son muchas las preguntas que surgen a raíz de esta temática: ¿por qué generan tanto interés las series sobre crímenes? Desde un punto de vista psicológico, ¿qué revela la necesidad del ser humano de consumir estos productos audiovisuales? ¿Debe haber diferencias cuando el producto audiovisual tiene su base en un suceso real? ¿Qué efectos puede producir para el entorno de la víctima?
Como punto de partida, el fiscal de 'Si amanece' propone un fragmento de un programa de televisión emitido hace 29 años, en 1996: 'Cuerda de presos' (Antena 3). Este fue un programa a medio camino entre el documental y las entrevistas que su director y presentador, Jesús Quintero, realizó en establecimientos penitenciarios a distintos reclusos.
La razón por la que el fiscal ha escogido un programa de 1996 para abrir el Juzgado de hoy radica en romper las ideas preconcebidas que puedan tener nuestros oyentes desde el minuto uno.
Por un lado, Félix Martín subraya que "el interés en el 'true crime' no es un invento nuevo, ya que ha existido desde siempre". Un ejemplo es el periódico 'El Caso'. Por otro lado, que acercarse a la realidad del crimen o de los delincuentes puede tener aspectos que no tienen que ir dirigidos al sensacionalismo, si se hace de forma correcta y honesta.
Antes de adentrarse en el reto sobre establecer o no límites al 'true crime', el fiscal aboga por tratar el tema con el respeto que merecen las víctimas actuales y futuras, así como los creadores honestos que tratan de acercarse a los entornos más oscuros del alma humana. Por ello, el objetivo de hoy no es dar respuestas categóricas, sino acercarse al debate, marcar el contexto y, sí, proponer algunos límites.
¿Cree el fiscal que la realidad de la España de 2025 es la misma que la del programa de Quintero, en 1996? Definitivamente sí considera que la realidad de hoy es muy distinta a la de España en 1996, dadas nuevas circunstancias: sobreabundancia de plataformas que necesitan generar producción audiovisual constante, conjuntamente con la avidez de la sociedad de nutrirse de sucesos reales.
La consecuencia es clara. Proliferan productos audiovisuales directamente vinculados con sucesos reales, lo que provoca la colisión de derechos e intereses en tres ámbitos: con el pronunciamiento judicial; con las propias víctimas, familias o allegados; incluso con los condenados por esos hechos.
De aquí, se desprende una primera conclusión que aporta el fiscal: "La sociedad está exigiendo a los políticos, a los juristas, a los periodistas y a los creadores, que tratemos de establecer un consenso que haga compatible la libertad de expresión con el respeto a las víctimas y a la justicia".
Por este motivo, el fiscal considera que en ese debate, no solo tiene que haber prohibiciones, sino fundamentalmente, límites deontológicos en los creadores, honestidad y rigor y educación contra el sensacionalismo.
¿Por qué disfrutamos del 'true crime'?
Según el fiscal de 'Si amanece', está estudiado el disfrute habitual que suscita el 'true crime' y para nada se traduce en ser un potencial psicópata. Pero, ¿por qué?
Es la curiosidad el motor principal del ser humano. Todas las personas tenemos, en mayor o menor medida, una necesidad innata de comprender nuestro entorno, incluidos los aspectos oscuros y tenebrosos porque conforman también la realidad.
Históricamente, las narraciones de crímenes han sido parte esencial de la cultura humana, además de herramientas usadas incluso para educar a las sociedades con leyendas y mitos populares. A veces, incluso como mitos fundacionales y para limitar la curiosidad.
Algún ejemplo ilustrativo que propone el equipo de 'Si amanece' es la leyenda de 'El hombre del saco', que nació para atemorizar a los niños. Querían impedir que hablaran con extraños por el miedo a secuestros o abusos sexuales.
Sin ninguna duda, Félix Martín asegura que las historias del crimen nos han ayudado a explorar temas como la justicia, la moralidad y el peligro.
Las narrativas que presentan enigmas complejos, investigaciones policiales y perfiles psicológicos detallados estimulan la mente y ofrecen una oportunidad para reflexionar sobre el bien y el mal. No se trata de admirar a los criminales, sino de entender qué los llevó a actuar de determinada manera y cómo la sociedad responde a sus actos. El fiscal pone dos ejemplos: las novelas de Conan Doyle sobre Sherlock Holmes o el interés que genera figuras reales como Jack el Destripador.
Otra razón clave por la que estas series atraen a tanta gente es una aparente paradoja: la sensación de bienestar que da la posibilidad de experimentar miedo en un entorno seguro. Ver crímenes ficticios desde la comodidad del hogar permite al cerebro simular respuestas a situaciones de peligro sin correr riesgos, así como permite valorar mejor nuestras condiciones de vida.
Pero, ¿dónde queda el argumento de que acercarnos desde la ficción a la realidad del criminal puede crear el riesgo de llevar a justificarla? Se distinguen varios supuestos. En el ámbito de la pura ficción no hay problema: las personas que consumen estos productos se identifican con las víctimas y los investigadores. Por lo que se generan sentimientos basados en la indignación por los actos cometidos, enfado por las corruptelas del sistema, tristeza por las víctimas y satisfacción cuando se resuelve un caso.
Desde la psicología, se considera que a nivel de la sociedad, estos sentimientos refuerzan nuestro sentido individual de la moralidad y de la justicia. Por tanto, se fomenta un pensamiento analítico, con un deseo de comprender y no de justificar la violencia.
¿Pero, y si la inspiración emana de los sucesos reales? La respuesta, para la siguiente semana.