Que Dios reparta suerte
Resulta que han elegido a un Papa que conocía, a Prevost y que alguna visión o ambición debe de tener

Ignacio Peyró: "Que Dios reparta suerte"
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No quisiera sonar irreverente, pero confieso haber seguido el Cónclave con la pasión que suele reservarse a los Mundiales de fútbol o las rondas finales de Operación Triunfo. Ya no digo, por ejemplo, “dejadme en paz”: ahora digo “extra omnes”. Y me he familiarizado con los nombres de todos aquellos -Tagle, Aveline, Parolin- que esta mañana se han levantado con esa rara sensación de que no te llamen “Santidad”.
Y al final resulta que han elegido a uno que conocía, a Prevost. En abril acudió a un acto del Instituto Cervantes que celebraba los puentes de la lengua, y lo de los puentes debió de ser profético porque han pasado tres semanas y ahora es Pontífice.
No fingiré que soy íntimo amigo, pero sí diré que los cardenales van habitualmente vestidos como urogallos y, por tanto, su presencia puede ser aparatosa. Y, sin embargo, al ver a Prevost, pensé que lo suyo era una sencillez -seguro que me entienden- apabullante. Y, para mí, reconfortante.
Pero ojo, que alguna visión o ambición debe de tener. Porque no era fácil llamarse León después de León XIII -uno de los grandes, el de la doctrina social- y él lo ha hecho. Es buen augurio. Ahora, que Dios reparta suerte.