El pecho desnudo de Susana Estrada con Tierno Galván: el retrato de una España que empezaba a cambiar

"Es una fotografía que nunca hubiera pensado. Se trata de una cuestión de paciencia, de estar pendiente de lo que ocurre y entonces esas cosas surgen, pero no hay manera de preparar nada. Es verdad que normalmente veo lo que hago, pero hasta que no revelas no sabes si ha salido bien". Así es como explica Marisa Flórez (León, 1948) esa fotografía de Susana Estrada y Tierno Galván en la entrega de los Premios Populares Pueblo en 1978. La imagen recoge el momento en el que la camisa de Estrada se abre y muestra su pecho desnudo, algo impensable años antes, una imagen convertida en icono de un momento en el que en España se empezaba a notar que había comenzado el cambio tras la muerte de Franco.

Esta es una de las fotografías que reciben al visitante en la Sala Canal Isabel II, en Madrid, donde PhotoEspaña rinde homenaje a la fotoperiodista, pionera en una profesión masculinizada, que recorre 50 años de trabajo, que van desde el inicio de la vida parlamentaria, a las primeras manifestaciones y la llegada del Guernica a España. "Son fotografías que nos enseñan el comienzo de algo nuevo, en el que la sociedad civil está insertándose en esa nueva sociedad que se está gestando, veníamos de una etapa donde la sociedad no tenía voz y aquí podemos ver esa diversidad de voces", explica la comisaria de la muestra Mónica Carabias Álvaro.

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Cuenta Marisa Flórez que siempre le gustó la fotografía, pero que nunca pensó dedicarse de manera profesional, fueron algunos amigos que ya trabajaban en la profesión los que la animaron a hacerlo. En 1971 comienza a trabajar en el diario Informaciones, continuó en El País entre 1976 y 2012 como fotoperiodista, redactora jefa y editora gráfica. No fue fácil, especialmente al principio, "sobre todo, en sitios oficiales y en aquellos lugares donde realmente veníamos de una sociedad muy machista y donde la mujer no tenía prácticamente ningún tipo de presencia".

Las fotografías de Flórez son elegantes y sencillas, la perfecta combinación de la creación artística y el sentido documental de la fotografía, como cuenta la comisaria de la exposición, "su estilo es muy directo, huye de lo oficial, y siempre se impregna mucho de ella. La manera que tiene de acercarse a los personajes no es la habitual y eso se puede ver en la selección de imágenes que hemos escogido". 184 fotografías divididas en tres secciones que recorren el antiguo depósito de agua de la calle Santa Engracia.

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Un recorrido que comienza con esas primeras manifestaciones que empezaron a organizarse en las calles a finales de los 70, como la que muestra en el centro de Madrid a un guardia civil mirando a dos jóvenes sin saber qué hacer, "la gente empezó a tomar la calle", explica la fotógrafa, "empezaba a estar presente en todos los acontecimientos, las minorías empezaban a formar parte y se les permitía estar. Como esta fotografía en la Gran Vía, los grises no sabían qué hacer. Son imágenes que muestran cómo las formas iban cambiando".

Marisa Flórez es autora de imágenes tan recordadas como la de Lola Flores, en aquella rueda de prensa en la que pedía a los españoles una pesetilla para poder pagar su deuda con Hacienda, o la de Adolfo Suárez sentado solo en la bancada del Congreso de los Diputados, o la de La Pasionaria y Rafael Alberti el primer día de las Cortes bajando por las escaleras del hemiciclo. "Esa bajada a mí me impresionó muchísimo, aparte de que me impresionó ella porque aunque era mayor tenía un porte poderoso. La acompañaba Alberti, pero, sobre todo, lo que más me impresionó es que estaba todo el mundo pendiente, sus propios compañeros diputados se quedaron petrificados viendo cómo bajaban. Pensar que esto podía ocurrir un año antes nadie se lo imaginaba. Esa imagen es el comienzo de una nueva historia".

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Además de políticos por el objetivo de Flórez también pasaron artistas como Luis Buñuel, Mick Jagger, Pedro Almodóvar o Julio Iglesias, "ser fotoperiodista no es solo ir con la cámara por la vida, esto es una cuestión de qué es lo que quieres hacer y cómo lo quieres hacer, es verdad que a veces surgen fotos que no tenías previsto, pero se trata de trabajar de una forma concreta". Lo que nunca le ha interesado a Flórez es la oficialidad, "a mí no me interesan ni las ruedas de prensa, ni las entregas de premios, me interesa ir más allá, darle al lector un poco más, que sea capaz de hacerse un perfil de cada uno de los retratados, pero, sobre todo, fuera de la oficialidad".

Además, de la vida política y parlamentaria o la Monarquía, durante años estuvo cubriendo a la Familia Real, Flórez también es la autora de las fotografías que recogieron el momento de la llegada de El Guernica a España. Como explica la comisaria, "es un espacio que refleja cómo el arte también se convierte en política, como se convierte en testigo de lo que está pasando. Marisa pudo hacer las fotografías de la llegada, el traslado del cuadro al Casón del Buen Retiro y cómo se convirtió en la primera obra de arte custodiada por la Guardia Civil".

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Pero la fotografía favorita de Flórez no es ninguna de las más conocidas. Se trata de la imagen de dos ancianos con el puño en alto protegidos en el balcón de su casa, sin atreverse a salir. "Fue una de las primeras manifestaciones y estos dos viejitos querían ir, pero el miedo no les dejaba salir del linde de su ventana. Habían vivido cosas duras, seguían con ese miedo dentro y ellos querían estar ahí y estaban con el puño arriba pero a la vez resguardándose. La hemos titulado Una manifestación con reservas porque es el reflejo del miedo que todavía existía". En los últimos años, Marisa Flórez ha escrito libros y se ha dedicado, sobre todo, a comisionar exposiciones, pero nunca ha dejado su cámara "sigo haciendo fotos, pero de otra manera, más relajada, ese gusanillo no se va nunca".