"Fue uno de sus grandes errores": la crítica que provocó la caída en desgracia de Séneca
Le valió para ganarse una lenta y dolorosa muerte

"Fue uno de sus grandes errores": la crítica que provocó la caída en desgracia de Séneca
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Séneca es uno de los grandes referentes de la filosofía estoica. Su obra constituye la principal fuente escrita de esta corriente que se ha conservado hasta la actualidad. Nacido en Córdoba en el año 4 a.C., el pensador, político, escritor y orador fue, además, durante los gobiernos de Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón. De este último fue tutor y consejero, aunque su relación no acabó en buenos términos.
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La mejor etapa de gobierno de Nerón fue precisamente aquella en la que contó con el asesoramiento de Séneca. Durante ocho años, Séneca y Burro, a quienes todos los historiadores romanos consideraron las personas de mayor valía e ilustración del entorno del joven emperador, gobernaron de facto.

Bajo la atenta mirada de Séneca
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Gracias a sus conocimientos estoicos, iniciados por Zenón de Citio en Atenas, el joven romano promovió leyes que se basaban en la razón, la virtud, la serenidad, la armonía y el control de las pasiones. Esto provocó, entre otras cosas, una disminución de la corrupción en el Imperio Romano, a igual que un mejor trato a los esclavos o una reducción de los impuestos.
Pero a medida que Nerón fue madurando, adoptó una actitud tiránica, iniciando un periodo en el que Séneca fue, poco a poco, perdiendo su influencia sobre el emperador. Esto se debe a que Séneca "fue el perejil de todas las salsas", explicaba Jesús Callejo en SER Historia, sobre la ambición del filósofo y pensador. A pesar de haber retirado de la vida política un par de años antes, Séneca no logró evitar la obsesiva maldad del emperador, y junto, a otros patricios y caballeros, fue acusado de formar parte de la conspiración de Pisón.
Aunque la creencia de su implicación es falsa, Callejo recuerda que el romano sí que fue crítico con Claudio, y escribió un libelo riéndose de la tartamudez del emperador. "Fue uno de sus grandes errores", decía. Nerón lo utilizó en su contra cuando llegaron a las acusaciones para reafirmarse, asegurando que si se había mofado del difunto emperador, seguro que también lo hacía de él mismo. Con todo, Séneca recibió una misiva donde le obligaron a suicidarse en el año 65 d.C.




