Rusia y Ucrania no solo intercambian prisioneros de guerra, también cuerpos de soldados caídos en el frente
Cientos de familias esperan con angustia poder dar sepultura a sus seres queridos

Valentyna, de 34 años, busca a su esposo, militar del ejército ucraniano. Nicolás Castellano.

Enviado especial a Kiev (Ucrania)
Valentyna, de 34 años, sostiene la esperanza entre papeles, pruebas de ADN y colas interminables en la sede gubernamental de búsqueda de soldados desaparecidos o prisioneros de guerra. Busca el cuerpo de su marido, Dmytró Shevchuk, desaparecido en marzo en el frente de Donetsk, una de las regiones más castigadas por los combates entre Rusia y Ucrania.
"Recibimos una notificación de que mi esposo está desaparecido. Según el comandante, falleció. Por lo tanto, necesitamos presentar una solicitud para su búsqueda, ya que el cuerpo aún no ha sido recuperado. Esperamos que entre los 909 cuerpos que han sido devueltos a Ucrania, quizás se encuentre también el de mi esposo", cuenta Valentyna con la voz entrecortada.

Valentyna mantiene la esperanza de encontrar a su esposo. Nicolás Castellano.

Valentyna mantiene la esperanza de encontrar a su esposo. Nicolás Castellano.
Hace unos días, Rusia entregó a Ucrania los restos mortales de 909 soldados ucranianos, mientras que Kiev devolvió a Moscú 34 cuerpos. Es solo el último de varios intercambios de cadáveres que se han producido en los últimos meses entre ambos países. Desde enero, el ejército ruso ha devuelto 4.241 cuerpos o restos de cuerpos a Ucrania. Por su parte, Ucrania ha entregado 212 a Rusia. Estas cifras, aunque limitadas, son una de las pocas formas de aproximarse a la dimensión real de las bajas en el campo de batalla, ya que ni Moscú ni Kiev publican balances oficiales de sus pérdidas.
Valentyna no es la única. Decenas de mujeres aguardan noticias en la misma oficina, con la esperanza de que algún intercambio reciente les devuelva a sus maridos, hermanos o hijos. Muchas acudieron tras el anuncio hecho en Estambul el pasado viernes, cuando se confirmó el mayor canje de prisioneros desde el inicio de la invasión rusa a gran escala en febrero de 2022: 2.000 soldados liberados, 1.000 por cada bando.
Pero para quienes buscan a los muertos, la espera es diferente. "Debe realizarse una prueba de ADN, pero este proceso es muy largo. Puede que se necesiten varias pruebas para identificar y localizar a mi esposo. Hace un mes, mi hijo ya se sometió a una, y ahora estamos esperando una coincidencia", explica Valentyna.

Su historia es la de muchas familias ucranianas rotas por la guerra. Vivían en Lisichansk, en el este del país. Tras la ocupación de la ciudad por fuerzas prorrusas en 2014, se trasladaron a la región de Kiev. Dmytró siguió sirviendo en el ejército. En marzo de este año desapareció en Panteleymonivka, en el distrito de Pokrovsk, una zona donde los combates siguen siendo especialmente intensos.
Ahora, Valentyna solo quiere poder enterrar a su marido en el cementerio de la región de Kiev, junto a las miles de tumbas marcadas con banderas ucranianas y retratos de soldados caídos. Con sus hijos de 14 y 13 años, espera poder colocar pronto una lápida con el nombre de Dmytró.
Mientras tanto, Ucrania sigue contando a sus muertos en silencio. Naciones Unidas estima que casi 11.000 civiles han fallecido desde febrero de 2022. Pero el número real de militares muertos, en ambos bandos, sigue siendo una incógnita.




