Corrupción o comunismo
Esto es el siglo XXI, señoras y señores. Háganse a la idea. No hay límites en la codicia ni, como bien dice alguien en Madrid, hay términos medios en cuanto a la política: o es negocio, o es comunismo.

Barcelona
Lo de Europa es preocupante. Estamos quedándonos atrás, como atascados en el siglo XX.
Piensen en Marine Le Pen: a la gran jefa de los ultras franceses no le permiten ser candidata a la presidencia. ¿Por qué? Porque sisó en Bruselas unos pocos millones para pagar los gastos de su partido. Y el PP, en España, fue condenado por recibir sobornos. El caso Gurtel, el caso Bárcenas, etcétera. Uno mira las cantidades y se avergüenza: 500.000 euros por aquí, 200.000 por allí, algún Jaguar en el garage… Nada, miserias.
Lo mismo que Pedro Sánchez. Que si colocó a su hermano, que si tráfico de influencias con Air Europa. No digamos lo de Ábalos, que, según dicen, colocaba a sus amiguitas en empresas públicas, como si aún estuviéramos en un vodevil de hace 50 años.
Mientras tanto, en el mundo las cosas se hacen a lo grande. Uno de los primeros en verlo fue nuestro ilustre emérito, que le sacó a Arabia Saudí 100 millonazos de dólares. Y fue sólo un detalle. Ahí le tienen aún, viviendo del petrodólar.
El problema de Juan Carlos I fue que no supo explicarlo bien: le llamaron corrupto cuando, verdaderamente, era un adelantado a su tiempo.
Donald Trump está poniendo las cosas en su sitio. Catar le regala un avión de 400 millones de dólares y no inventa excusas, sino que presume. Dice que habría que ser tonto para rechazar el avión. Y también habría que ser tonto para no fabricar estampitas digitales, también llamadas memecoins, y colocárselas a la ciudadanía. Cada miembro de la familia Trump tiene su memecoin. Miles de millones de dólares que ingresan en caja.
Esto es el siglo XXI, señoras y señores. Háganse a la idea. No hay límites en la codicia ni, como bien dice alguien en Madrid, hay términos medios en cuanto a la política: o es negocio, o es comunismo.
Me llamo Enric González. Les deseo un próspero fin de semana.