El día en que sacaron a Jabois de un tren escoltado por no pagar la cuenta
El periodista ha relatado una situación muy vergonzosa para él

El día en que sacaron a Jabois de un tren escoltado por no pagar la cuenta
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Madrid
En La cena de los idiotés es común que los asistentes, a raíz de los dilemas, cuenten alguna anécdota personal relacionada con los mismos. En esta ocasión ha sido uno de los colaboradores habituales del programa, Manuel Jabois, que ha sorprendido a todos contando la vez en que tuvo que salir escoltado de un tren por no pagar la cuenta.
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Jabois se ha acordado de esta historia después de escuchar el dilema de otra de las colaboradoras habituales del programa, Ángeles Caballero, que ha planteado a Aimar Bretos, Samantha Hudson, David Insua y al propio Jabois. La periodista les trasladaba a los demás una situación en que una persona que viaja continuamente en tren por trabajo observa que, en la cafetería del mismo, un camarero siempre se queda el dinero que la gente da como propina, por lo que el dilema trataba de si delatarías o no a esa persona.
Casi todas las respuestas fueron en la misma sintonía: no delatar al camarero, pero Jabois, además de no delatarlo, contó una historia algo relacionada con esto: aquella ocasión en que el periodista, "por seguridad, tuvo que salir escoltado del tren"."No me funcionaba la tarjeta de crédito con el datáfono y ya había pedido de todo", explicaba Jabois, por lo que le explicó al camarero que, pese a que no tenía dinero en metálico para pagar, su tarjeta probablemente sí funcionaría en un cajero y podría sacar el importe que debía por todo lo que había comido y bebido.
El paseo de Jabois hasta el cajero ante las miradas de los transeuntes
"Me pusieron un guardia de seguridad y bajé en Málaga con el guardia hasta el cajero", confesaba Jabois, que además aseguraba que "la peña me estaba mirando y diciendo: '¡Esto es una detención en vivo!'". El periodista comentaba que incluso tuvo que decirle a este trabajador que se apartara para que pudiera meter el pin y sacar el dinero. Jabois admitía que esta fue una situación que le causó muchísima vergüenza, algo en lo que estuvieron de acuerdo los idiotés.
Bretos señaló este acontecimiento como "humillante" y Hudson criticó la forma de proceder de los trabajadores, que, en sus palabras, eran de esos que "les encanta actuar como si fueran a heredar la empresa".





