Un elefante hambriento irrumpe en una tienda en Tailandia y se sirve un festín
El animal, conocido por los vecinos por sus visitas en busca de comida, devoró dulces, bananas y un sándwich antes de salir tranquilamente del local


Un elefante salvaje provocó una escena insólita en una tienda de comestibles en el noreste de Tailandia al entrar en busca de algo para comer. El animal, un macho adulto llamado Plai Biang Lek, es bien conocido en la zona por sus incursiones fuera del Parque Nacional Khao Yai, donde vive, en busca de alimentos.
El episodio ocurrió el pasado lunes en la provincia de Nakhon Ratchasima, a tan solo un kilómetro de la entrada del parque. Cámaras de seguridad y teléfonos móviles captaron el momento en que el elefante se acerca con total tranquilidad al local, se asoma por la puerta y luego entra completamente para inspeccionar las estanterías.
Dentro de la tienda, Plai Biang Lek se dirigió directamente al mostrador y comenzó a comer lo que encontraba a su paso. Según la dueña del establecimiento, Kamploy Kakaew, el animal devoró nueve bolsas de galletas de arroz dulce, un sándwich y algunas bananas deshidratadas. El vídeo se ha viralizado en redes sociales.
A pesar del susto inicial, el elefante no causó daños graves. Solo dejó algunas huellas de barro en el suelo y marcas en el techo. Finalmente, salió de la tienda por donde había entrado, llevándose aún una bolsa de bocadillos en la trompa.
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Después del incidente, el elefante fue visto abriendo la ventana de una casa cercana, probablemente en otro intento por encontrar comida.
Más de 4.000 elefantes
Plai Biang Lek, que ronda los 30 años, forma parte de una creciente población de elefantes salvajes en Tailandia. Según datos del Departamento de Parques Nacionales, en 2024 había más de 4.000 ejemplares viviendo en reservas, parques y zonas protegidas. Sin embargo, la expansión agrícola y la pérdida de hábitats han obligado a muchos de estos animales a salir de las zonas boscosas en busca de alimentos, lo que ha generado un aumento de los encuentros con humanos.
Las autoridades han advertido que, aunque estos encuentros suelen ser pacíficos, pueden volverse peligrosos si los animales se sienten amenazados o si las personas intentan enfrentarse a ellos.




