Erika Lust, directora porno: "Somos sexuales, venimos del sexo, es una fuerza dentro de nosotros que hace que queramos ver imágenes explícitas"

Madrid

'Cine para adultos' es el eufemismo que usamos para hablar de porno. ¿Por qué nos cuesta tanto hablar de pornografía? En 'Hora 25' hablamos de pornografía con alguien que la conoce perfectamente: Erika Lust, guionista, directora y productora de cine pornográfico. "Nos cuesta en general hablar de sexo. Tenemos muchos miedos y vergüenzas, sensaciones de peligro y de oscuridad, de que tenemos deseos perversos... Hemos crecido en una sociedad bastante negativa respecto al sexo", comienza diciendo la cineasta sueca.

¿Los deseos perversos son legítimos? "Yo creo que sí, forman parte de la sexualidad humana. Deseamos cosas que no siempre son cosas que queremos hacer, realizar en nuestras vidas, pero sí que lo usamos en nuestro mundo de fantasía", responde Lust. ¿Y existe un deseo incorrecto? "Sí, claro, algunos deseos incorrectos deben existir, cosas que hemos decidido como sociedad prohibir porque no nos parecen adecuadas: menores, muertos, animales, etc. Pero yo creo que las personas en general consideran muchos deseos incorrectos que igual sí que son correctos. Hay que dar un límite entre lo que te puedes permitir dentro de tu mundo interior y cómo te comportas en el mundo con las otras personas. Ahí es donde entran los límites de los demás".

Cambiar la perspectiva

"Yo hago un porno que es cinematográfico, un porno alternativo, independiente, cuidado, desde una perspectiva feminista, desde la mirada femenina, desde la mirada de la mujer", explica la directora. ¿Un porno para mujeres? "No tiene nada que ver. Tiene más que ver con la perspectiva de quién está detrás en la creación. Es muy importante que los otros, las mujeres, las personas queer, las personas que no hemos tenido tanto acceso al poder y a la creación, podamos entrar y empezar a contar nuestras historias, desde nuestras perspectivas, nuestras vivencias".

Y continúa explicando: "La gran mayoría de la pornografía que existe hoy en el mundo ha sido creada por un cierto grupo de hombres heterosexuales, blancos, CIS, de mediana edad, con una idea de la sexualidad muy concreta: les gusta las tetas, el culo, los coches, el cigarro... Pero la sexualidad humana es diversa, muy grande. Tenemos que luchar por retratarlo desde el punto de vista de la inclusividad".

¿Cómo se traduce ese cambio de perspectiva en la práctica? ¿Cómo sería una misma escena en el porno tradicional y en el porno netamente feminista? "El cambio empieza en la primera fase de la imaginación: qué vamos a contar. Después en el cómo lo vamos a contar: desde qué punto de vista, quiénes son los personajes. Yo hago mucho análisis de papeles de género, qué papeles doy a cada uno, cómo funciona su intercambio de poder en esa escena", responde la creadora.

Los actores y su intimidad

Erika Lust nos cuenta que en sus rodajes usa la figura del coordinador de intimidad para que los actores se encuentren cómodos: "Aunque sea sexo real, estas figuras hacen falta en todo tipo de imágenes sexuales que creemos. Las personas que lo están interpretando se sienten bastante vulnerables en estas situaciones y tenemos que apoyarles para que sus voces se puedan oír. A veces, cuando hablamos de límites, la gente piensa que es muy fácil, que tú dices 'no, no quiero, esto no me gusta', pero en realidad así no funcionamos. Es muy difícil decir a las personas que no. La mayoría de las personas somos muy complacientes, queremos contentar a los demás. Y, sobre todo, las mujeres, que estamos educadas para ser chicas buenas desde pequeñas, queremos complacer y nos olvidamos de nosotros mismos".

La cineasta sigue con su argumento: "Además, no se trata solo de escuchar las palabras que nos dicen los demás, sino entender sus reacciones corporales, qué nos están comunicando con su manera de mover el cuerpo, cómo suena realmente ese 'sí' cuando lo dicen. Hay que poner un poco de inteligencia emocional de nuestra parte para estas cosas".

¿Qué busca Erika Lust en los actores y actrices en un casting para una de sus películas? "Busco personas a las que les guste mucho estar delante de la cámara, que tengan ese lado exhibicionista nato, que sean buenas en comunicar deseo y placer, y que tengan buenas aptitudes para la comunicación para que yo pueda crear ese ambiente seguro para trabajar, en el que me pueda fiar de que somos todos adultos en la habitación y que vamos a comunicar bien las cosas. No busco belleza a la manera de modelos Ken y Barbie, eso no me interesa. No me interesa la perfección, sino personas con personalidad y que comuniquen a través de la pantalla", responde segura.

Tipos de porno

¿El porno feminista puede ser porno duro? "Sí, claro, puede ser todo lo que tú quieras. Lo que yo creo que significa porno feminista es realmente participación, quién está detrás, y representación, qué mostramos en la pantalla: roles, géneros, cómo interactúan los personajes, etc. El sexo puede ser de sensual a sexo de varias personas en grupo, anal, más fuerte, dominante... Lo que tú quieras, pero siempre con respeto para todos los que están involucrados y con charlas importantes de consentimiento entre los actores", contesta.

Internet ha ido acabando con el formato película para la pornografía: "Soy de las pocas que sigue haciendo películas porno, creo todavía en el potencial de la gente que quiere ver algo un poco más argumental. Pero es cierto que internet ha reducido todo a formatos más cortos y machacados. Trocitos de cada cosa y una audiencia cada vez más impaciente, que quiere ir a la acción lo más rápido posible", dice Erika Lust.

Aimar cae en la cuenta de su visión falocentrista del porno cuando le pregunta a Erika cuánto tiempo puede pasar en una de sus pelis hasta que se ve una polla. El momento es divertido e ilustrador: "A ver, se puede pasar toda una película sin ver una polla, porque no todas tienen pollas", responde Lust mientras ríe. "Vivimos en un patriarcado. Tenemos ciertas ideas sobre qué es el sexo y para la gran mayoría de las personas eso involucra un pene, una penetración, pero en realidad el sexo es muchas cosas diferentes".

Educación sexual

"La pornografía está influenciando nuestras vidas muchísimo y, sin embargo, en los foros más culturales o críticos se habla relativamente poco de pornografía. Normalmente, lo que se oye es pánico sobre la pornografía: está pervirtiendo a nuestros jóvenes, no hay camino de vuelta, todo el mundo está destruido... Sí, la pornografía está influenciando a nuestros jóvenes, pero por la falta de educación sexual. No les estamos dando esa educación, no escuchamos sus preguntas, lo que quieren saber", defiende Erika. "La educación sexual en muchos países sigue siendo muy pobre, muy técnica, muy enfocada en la reproducción, la biología y los riesgos del sexo, pero poco se habla del placer, que es lo que más necesitamos. Y eso es lo que quieren saber. Así que van a internet, miran los 'tubesites' en los que la pornografía está gratis".

La pornografía debería ser para los mayores de edad, sigue explicando la artista sueca: "Yo creo que debería de estar detrás de un muro de pago, como la que hacemos nosotros. El fallo aquí es que hemos permitido que muchos 'tubesites' sean de la misma empresa. Empezaron pirateando películas de creadores varios, la industria pasó por problemas y fueron vendiendo sus negocios a esta misma empresa que ahora tiene el gran monopolio de lo que es la pornografía. Es lo que yo llamo el 'big porn'. No están interesados en mostrarnos la diversidad de la sexualidad humana. Solo quieren concentrar poder y ganar dinero. Si lo que necesitaran para eso fueran vídeos de caballos corriendo o pájaros volando, mostrarían eso. La pornografía dominante nos ha mostrado que 4 minutos de penetración dura es más que suficiente para que una mujer tenga placer y es falso".