"Solo sé decir 'Ti amo'": la carta con la que Ingrid Bergman conquistó a Rossellini y escandalizó a Hollywood

Ingrid Bergman ha sido protagonista en uno de los episodios del programa Sucedió una noche, de la SER. Durante el programa han repasado su trayectoria como una de las grandes leyendas del cine clásico. La actriz sueca, reconocida por el American Film Institute como la cuarta estrella femenina más importante de la historia del cine, solo por detrás de Katharine Hepburn, Bette Davis y Audrey Hepburn, vivió una carrera brillante, pero también marcada por decisiones valientes que desafiaron las normas de su época.

Cansada del boato de Hollywood y atrapada en un matrimonio que ya no le llenaba, su vida dio un giro cuando vio Roma, ciudad abierta, de Roberto Rossellini. Aquella obra, piedra angular del neorrealismo italiano, la deslumbró. Según contaba su compañero José Ferrer, durante el rodaje de Juana de Arco, "Ingrid hablaba con entusiasmo de Rossellini. Veía en él la posibilidad de romper con los papeles glamurosos que le ofrecían en Hollywood y acercarse a personajes más reales, como el de Anna Magnani en aquella película".

Sin dudarlo, le escribió una carta al director italiano ofreciéndose para trabajar con él, incluso aceptando un salario modesto. La carta decía: "Querido señor Rossellini: He visto sus dos filmes, Roma, ciudad abierta y Paisà, que me han gustado mucho. Si necesita una actriz sueca, que habla el inglés perfectamente, que no ha olvidado el alemán, a quien apenas se entiende en francés y que del italiano solo sabe decir 'Ti amo', estoy dispuesta a acudir para hacer una película con usted".

Rossellini aceptó, y así nació Stromboli, rodada en una isla sin electricidad ni agua corriente, rodeada de actores no profesionales. Durante el rodaje, surgió entre ellos una relación amorosa que pronto se convirtió en escándalo.

En plena era del macartismo, la noticia de su embarazo fuera del matrimonio cayó como una bomba en Estados Unidos. Fue declarada persona non grata, sus películas fueron vetadas, y su imagen pública destruida.

Ingrid recibía cartas llenas de odio, como si su honestidad fuera un crimen. José Ferrer lo resumió con claridad: "Ingrid fue crucificada por ser sincera".

Su relación con Rossellini dio lugar a seis películas y tres hijos, entre ellos la actriz Isabella Rossellini. Aunque algunas de esas obras, como Europa 51 o Te querré siempre, fueron notables, fracasaron en taquilla. El público no podía evitar ver en ellas reflejos de la historia real de la pareja.

Rossellini no quería que Ingrid trabajara con otros directores, pero en 1956 aceptó que lo hiciera con Jean Renoir en Elena y los hombres, una comedia que marcó el regreso del éxito para la actriz. Finalmente, en 1957, Bergman y Rossellini se separaron.