Vanesa Fernández, sobre las fobias: "Lo mejor que podemos hacer el resto es no juzgar y ayudar a afrontar el miedo"

Madrid

La ola de calor y el comienzo del verano para muchos son sinónimos de vacaciones, relajación y días enteros en la playa. Pero lo que no mucha gente sabe es que el aumento de las temperaturas trae consigo bichos de todo tipo. Este año el gran protagonista son las polillas.

En las últimas semanas se está produciendo una proliferación de estos insectos, en su versión más grande, en distintos puntos de España. Sin embargo, este aumento de polillas gigantes no es una plaga, sino una dinámica natural favorecida la abundancia de vegetación tras las lluvias de la primavera.

La presencia de este tipo de animales puede llegar a ser una auténtica pesadilla para muchos. Cada vez son más comunes las fobias a las arañas, a las cucarachas y en este caso a las polillas, más aún cuando son gigantes. Este viernes se asoma a La Ventana Vanesa Fernández, Doctora en Psicología y Especialista en Fobias.

Las fobias son un miedo irracional y muy intenso a un estímulo específico. La emoción asociada a la fobia es muy personal, por lo que las reacciones pueden cambiar dependiendo de la persona que la sufre. "No hay nada más legítimo que una emoción, por lo tanto lo mejor que podemos hacer el resto es no juzgar y ayudar a afrontar el miedo", decía la Doctora.

En cuanto a los desencadenantes de este tipo de miedo se dan varios factores. Uno de ellos es es el aprendizaje a través de nuestra propia experiencia, es decir, "estar expuesto a un estímulo fóbico", explicaba Vanesa. No obstante, hay otro tipo de explicación completamente diferente. Vanesa lo resumía diciendo que "hay muchas personas que tienen miedo a volar y que nunca han tenido un accidente de avión".

Esto se debe al "aprendizaje por observación", el cual consiste en temer a algo por haberlo visto en alguna película o por haberlo oído en la historia de algún conocido.

Distintas teorías

En el caso de la fobia a los insectos, hay teorías que hablan de un "aprendizaje preparado". Este otro tipo de aprendizaje se da cuando hay algunas situaciones en las que las personas están más predispuestas a adquirir la fobia por interés evolutivo. Vanesa Fernández ponía el siguiente ejemplo: "Es mucho más fácil tener miedo a un insecto venenoso que a un lápiz".

Existen dos tipos de fobias. Por un lado, las fobias evolutivas, que están asociadas a un rango concreto de edad como puede ser la oscuridad con los niños pequeños; y por otro, las fobias específicas que suelen estar asociadas con la experiencia y por lo tanto pueden aparecer en cualquier etapa vital.