Rafa Guijosa relata su huida de los bombardeos en Irán: "Mi obsesión era no quedarme incomunicado"

Del fuego cruzado en Oriente Próximo ha conseguido escapar en los últimos días un Rafa Guijosa que mantuvo a los españoles en vilo durante una semana crítica. El conflicto armado entre Irán e Israel se intensificó como nunca antes y el entrenador, que se encontraba desarrollando su carrera como seleccionador iraní, se vio envuelto en una odisea para huir de los bombardeos. El propio Guijosa, ya repatriado a España, ha destacado en El Larguero lo "difícil" de la situación a la que hizo frente, aunque su mayor temor no fueron los explosivos.

"Estábamos aislados. No sabíamos muy bien qué pasaba y mi obsesión era no quedarme incomunicado", relató, haciendo un repaso a las distintas fases que atravesó para tratar de mantener vigente su grito de "me quiero ir" y que la gente fuese consciente de su estado: "Fue como un proceso. Al principio nos podíamos comunicar por WhatsApp, luego no funcionaba y solo nos podíamos comunicar por email...".

La alarma saltó cuando Guijosa se encontraba a escasos kilómetros de Teherán y la mayor "tranquilidad" se la brindó la embajada española en Irán. Mientras, tuvo lugar una tensa espera hasta recibir la comunicación de cómo sería su salida del país: "La federación de Irán a mí me trató fenomenal. El personal del hotel nos hacía sentirnos seguros y no he tenido miedo en ningún momento. Cuando oías las bombas cerca no podías decir que te mantuvieras totalmente tranquilo, pero el principal problema era la obsesión de no quedarme sin internet para poder hacerle ver a mi familia que yo estaba bien".

"El viernes fue el día más difícil"

El momento más delicado tuvo lugar horas antes de su repatriación: "El viernes fue el día más difícil porque se cayó internet en todo el país. Vía teléfono nos pudimos comunicar con la embajada para decirnos la hora a la que teníamos que estar para salir de allí. Mi familia estuvo toda una tarde y toda la noche sin saber nada de mí, que era lo que me daba pánico", recordó el técnico, aunque agradecido a todas las partes que ayudaron a que el mismo viernes pusiese rumbo a Armenia, donde horas más tarde fue recogido por fuerzas aéreas españolas. En total, 44 personas -contando la gente de la embajada- recibieron asistencia para escapar de las bombas en esta operación.

Con el alivio de haber aterrizado sano y salvo en su país, Guijosa admitió no haberse planteado aún su futuro profesional. Todavía tiene contrato en vigor en Irán, aunque esperará a que cese el fuego cruzado para abordar su posible vuelta. "Lo primero que pienso es que yo tengo contrato con la selección. No solo soy seleccionador, sino también director técnico, y tengo mucha responsabilidad allí. No voy a negar que estos días no haya recibido ofertas de equipos, pero en este momento quiero ser honesto con la federación y mantener una posición de prudencia", se sinceró, haciendo un llamamiento a la "cordura" dirigido a los máximos responsables políticos.