El momento en el que Juan José Millás decidió ser Juan José Millás

Madrid

Nuestra vida está llena de condicionales. Y si hubiera seguido en el seminario, y si me hubiera quedado en Iberia, y si... y si… Juanjo piensa en voz alta y sale contento de su segundo viaje al pasado en una semana. El primero fue su reencuentro radiofónico con el que podría haber sido su yo si hubiera seguido una carrera sacerdotal. En el segundo contempla cómo hubiera evolucionado si se hubiera dejado arropar por una gran empresa como es Iberia. Un buen sueldo, viajes gratis, seguridad… Quién dice no. Solo un loco al que la cobardía enfurece más que la incertidumbre.

Tras abandonar el seminario estudió oposiciones y entró como auxiliar administrativo en el departamento de Económica Financiera. Un término que Pilar, su “yo” del presente, rechaza por viejuno. Millás se queda estupefacto, no entiende por qué suena mejor Facturación Interlíneas. Tampoco por qué ya no hay una oficina de ventas de billetes analógica ni cómo es que ahora todo es paperless. Él lo hacía todo a mano. En parte lo sigue haciendo. Era un hombre de números que controlaba que ninguna aerolínea facturase más de lo que le correspondía en un vuelo compartido. Ese otro administrativo que las recibía quizás nunca sepa que tuvo entre sus manos los primeros manuscritos de Juan José Millás, aunque con más formalismo que literatura.

En aquella época se hizo sindicalista y consiguió que la compañía no implantase el horario partido. Una jornada de ocho a tres te dejaba toda la tarde para escribir. Empezó a publicar y a ganar algún que otro premio literario. Alguien en Iberia debió pensar que tenía más sentido pasar al departamento de Comunicación a un escritor que no sabía sumar que mantenerle haciendo facturas. Y así nació el redactor jefe de Iberiavión y Ronda Iberia. La primera era una revista que se enviaba a casa a todos y cada uno de los empleados de la compañía. Ya no existe. Ha cambiado por una Newsletter digital de la que se encarga su otro yo del futuro. Sigue la competición por cuál de las dos es de más calidad. Gana Juanjo por un horóscopo inventado del que se siente muy orgulloso.

Escarbando en los archivos, Carolina (su yo actualizado), saca unos ejemplares de aquella revista en la que Juanjo emocionado descubre varios reportajes y entrevistas firmados por él. 1982…

La emoción no le pone triste, todo lo contrario. Siempre que tomamos una decisión comienza una nueva vida y a él le gusta pensar que en ese momento nuestro fantasma se queda viviendo la que hubiera podido ser. Y así vamos caminando rodeados de nuestros fantasmas. En esta ocasión el que pasó de redactor jefe a, quizás, director y de ahí a jubilado ilustre con avioncito de plata en agradecimiento a toda una vida en la empresa.