De entrenar por separado a ganar juntas: la historia de las campeonas del mundo de relevos
A pesar de entrenar en ciudades distintas, las velocistas españolas han construido una conexión única que las llevó a conquistar el oro mundial en relevos

De entrenar por separado a ganar juntas: la historia de las campeonas del mundo de relevos
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En un deporte donde la sincronía lo es todo, cuatro atletas españolas han demostrado que la distancia no es un obstáculo para alcanzar la gloria. Blanca Hervás, Paula Sevilla, Daniela Fra y Eva Santidrián, actuales campeonas del mundo de relevos, compartieron en el podcast Ni tan Bien los secretos de su éxito, que va mucho más allá del cronómetro.
"Entrenamos por separado, cada una con su entrenador personal, pero durante el año tenemos concentraciones de unos diez días en distintas partes de España o fuera", explicó Daniela Fra, destacando la importancia de esos encuentros. "Nos ayudan un montón porque al final cada una entrena en un sitio distinto, y el poder juntarnos y tener ese rato para nosotras es una ventaja brutal".
A diferencia de potencias como Estados Unidos, donde "son 300.000 atletas que se conocen en el propio campeonato", Paula Sevilla subrayó que el equipo español se compone de un grupo reducido que rota, lo que favorece una conexión más íntima: "Nosotras al final somos menos, como mucho estaremos diez, entonces nos acabamos conociendo muy bien. Aparte de compañeras, somos amigas".
La complicidad entre ellas no es reciente. "Daniela y yo somos de Madrid, desde que somos muy pequeñas hemos competido juntas. A Paula la conocemos de verla competir toda la vida", contó Blanca Hervás, revelando que los vínculos entre ellas se remontan a la infancia.
Eva Santidrián, por su parte, es de Burgos, y entre risas, sus compañeras bromearon: "Tú ya conoces lo que es el sacrificio, porque el invierno en Burgos es peor que un entrenamiento fuerte".
Más allá de las bromas, lo que queda claro es que el éxito de este equipo no se basa solo en el talento individual, sino en una conexión profunda que se ha forjado con los años. "Cuando estamos en la pista, no solo corres por ti, corres por las otras tres. Y eso se nota. Esa confianza no se entrena, se construye", afirmó Eva, visiblemente emocionada.
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Las Campeonas del Mundo de Relevos, la intolerancia y Urano
Aunque cada una entrena en solitario, el espíritu de equipo se construye con años de convivencia en las pistas, en las concentraciones y en la vida. Su historia es un ejemplo de cómo la unión, incluso a distancia, puede convertirse en una fuerza imparable.