En clave de Rhodes
Sociedad

Fito Páez, sobre la música actual: "¿Dónde está la armonía, dónde está la melodía? Muchacho, la quiero de vuelta"

El músico argentino reflexiona sobre el estado de la música contemporánea, la falta de riesgo creativo y el impacto de la tecnología en la concentración artística

Fito Páez, sobre la música actual: "¿Dónde está la armonía, dónde está la melodía? Muchacho, la quiero de vuelta"

En su paso por el programa En clave de Rhodes, de la SER, el músico argentino Fito Páez ofreció una mirada crítica y apasionada sobre el estado actual de la música. En la conversación, el autor de El amor después del amor cuestionó la pérdida de profundidad en las composiciones contemporáneas y la falta de riesgo artístico en las nuevas generaciones.

"¿Dónde está la armonía, dónde está la melodía? Muchacho, la quiero de vuelta", exclamó Páez, visiblemente preocupado por lo que considera una 'pasteurización' del lenguaje musical. Para el artista, la música actual tiende a la homogeneización, tanto en lo sonoro como en lo lírico: "El mundo está cambiando hacia una pasteurización y una homogeneización de todo, en las conductas y el lenguaje musical no escapa a esta aberración".

Durante la charla, Páez también abordó el proceso creativo y la importancia del desarrollo narrativo en una canción. En contraste con la tendencia de comenzar directamente con el estribillo, defendió la construcción progresiva de una idea musical: "El desarrollo de la música hace que llegues al estribillo como una conclusión del tema. A veces, para llegar allí, tenés que pensar: '¿Y si esto no fuera tan así?'".

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Aunque reconoció que hay jóvenes con talento, también advirtió sobre una actitud conservadora en muchos de ellos: "No todos, obviamente, porque no se puede generalizar, pero muchos jóvenes se han vuelto muy conservadores". Y añadió: "Falta curiosidad, falta lenguaje, faltan elementos… falta meterse en la música".

Fito Páez y la cotidianidad

Páez no culpó directamente a las nuevas generaciones, sino que señaló que son víctimas de un entorno saturado de estímulos y distracciones: "Quedan a la intemperie, con un mundo que los llena de tics, de tox, de quilombos, de déficit de atención… y con eso tienen que hacer música. Es muy difícil".

También hizo una defensa apasionada del oficio musical como una práctica que requiere entrega total: "La música necesita concentración, amor al lenguaje, disciplina, rigor y goce; estar ahí adentro metido".