Machado se llevó un trocito de España al exilio y pidió que lo enterraran con él: la escena quedó grabada en la retina de todos

Madrid

Antonio Machado tuvo que abandonar España al final de la Guerra Civil por razones tanto políticas como de seguridad. Después de mostrar su apoyo a la República durante el conflicto bélico, que se desarrolló entre los años 1936 y 1939 en nuestro país, el poeta andaluz decidió cruzar la frontera hacia Francia en busca de refugio. Y es que, después de que el Bando Nacional ganara la guerra, los soldados franquistas persiguieron sin piedad a los opositores al régimen con el objetivo de acabar con ellos. De ahí que tanto este artista como muchos otros acabaran emigrando a otros países cercanos como Francia o Portugal.

Un suceso que tuvo lugar en febrero de 1939, apenas unos días después de la caída de Barcelona que supuso el avance definitivo del franquismo en nuestro país, cuando el bando republicano acabó cayendo a manos del ejército de Francisco Franco. Por lo tanto, Antonio Machado se marchaba del país, pero se llevaba algunos recuerdos de la nación que le vio crecer y convertirse en uno de los poetas más brillantes de su generación. Desde su bandera republicana hasta un puñado de arena muy especial que le acompañaría hasta el día de su muerte.

Los últimos días de Antonio Machado

Un tema sobre el que hemos hablado en el último programa La historia en ruta, donde David Botello y Esther Sánchez, acompañados por Ainara Ariztoy y Nieves Herrero, han hablado acerca de los últimos días de Antonio Machado. Y es que, apenas unos días después de llegar a Collioure, un pueblo del sur de Francia, el poeta fallecería a causa de una neumonía mientras se encontraba en un hotel. Una noticia devastadora para el mundo de la cultura española y, especialmente, para su hermano, quien fue uno de los primeros en encontrar su cuerpo sin vida.

A la hora de preparar su cuerpo para el entierro, José Machado se encontró tres notas arrugadas en uno de los bolsillos del poeta: "Llevaba las correcciones de uno de los poemas a Guiomar, una notita con el To be or not to be de William Shakespeare y un último verso que pasaría a la posteridad: estos días azules y este sol de infancia". Tras recoger estas notas y completar este ritual, José Machado y el resto de amigos que hizo durante el camino enterraron su cadáver en el cementerio de Collioure.

El entierro de Miguel Machado

A pesar de que acabaron enterrándole en Francia, Antonio Machado siguió mostrando su amor hacia España hasta el final: "Lo envolvieron en una bandera de la República española y le hicieron una foto que quedó grabada en la retina de todos los exiliados. Pero no solo eso. Machado se había llevado un puñado de arena de España y pidió que si fallecía en el exilio se le enterrara con aquella tierra de su país. Y se le cumplió".

Por lo tanto, y a pesar de que muriera en Francia, Antonio Machado fue enterrado con la misma tierra que le vio crecer. La tierra de una España que, a pesar de que había caído en manos del franquismo, seguía siendo su España al fin y al cabo.