Controles de alcoholemia y apoyo psicológico: los nuevos cambios en la seguridad aérea
La tragedia de Germanwings en la que murieron 150 personas provocó un cambio en los sistemas de seguridad a bordo de un avión. Dos pilotos en cabina y el refuerzo en la atención psicológica para aquellos profesionales que lo necesiten entre las medidas puestas en marcha

Controles de alcoholemia y apoyo psicológico: los nuevos cambios en la seguridad aérea
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Madrid
El 24 de marzo de 2015, el vuelo 9525 de Germanwings salió de Barcelona con destino Düsseldorf, pero nunca llegó. Se estrelló en los Alpes franceses con 150 personas a bordo. 70 de las víctimas eran alemanas y 50 españolas. A partir de ese momento las normas de seguridad cambiaron.
El copiloto del avión, Andreas Lubitz, estrelló el aparato aprovechando que el piloto abandonó unos minutos la cabina. Estaba afectado por una depresión y tenía una baja médica que no comunicó a la aerolínea para la que trabajaba.
Los cambios
"La tragedia de Germanwings trajo consigo una serie de recomendaciones que solo se implementaron en dos países, Portugal y Japón, pero que prácticamente se llevan a cabo en todo el mundo. Desde ese momento en la cabina de pilotaje deben ir dos personas, de esa forma, si una está indispuesta, la otra puede hacerse cargo del avión de forma segura. Esto también impide que alguien pueda encerrarse dentro. A veces en los vuelos de largo radio (larga distancia) se refuerza ese personal que va en cabina". Ángel González es el subdirector del departamento técnico de Sepla (Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas). Nos explica que esta medida, la de que deben ir dos pilotos en cabina, solo se implementó en Japón y Portugal, en el resto de países se quedó en recomendación, pero prácticamente todas las aerolíneas lo llevan a cabo. "Es una forma de garantizar la seguridad cuando el avión está volando.
Los sistemas de aviación se basan en la redundancia. Un piloto solo hace que se rompa el apoyo, si uno se encuentra mal o incapacitado, el otro piloto se hace cargo de la navegación, comunicaciones y vuelo".
Otro de los cambios que se introdujeron fueron los controles de alcoholemia y otras sustancias una vez que el aparato está en rampa a punto de despegar. "Son controles aleatorios y se hacen a los pilotos, copilotos e incluso a otros miembros de la tripulación", afirma González. Lo que sucedió con Lubitz puso la salud mental de los pilotos en el centro del debate. De baja por depresión y sin haberlo comunicado en la empresa hizo que se replanteara el apoyo psicológico que reciben estos profesionales sometidos a un gran nivel de estrés. "Los controles que pasamos la tripulación son controles médicos periódicos. Cuando nos sacamos el título para poder volar tenemos un control muy exhaustivo, aún más a partir de la tragedia de Germanwings. Después pasamos controles médicos anuales, físicos y psicológicos", explica el portavoz de Sepla.
Refuerzo en la atención psicológica a los pilotos
A partir del 2015, después de conocerse que el copiloto de Germanwings tenía problemas graves de salud mental, España y otros países pusieron en marcha un programa de apoyo psicológico a pilotos. "Lubizt tuvo miedo, probablemente, a ser juzgado y a quedarse sin trabajo. Este programa independiente que existe en la actualidad cuenta con pilotos que tienen formación en psicología y proporciona un entorno seguro a aquellos compañeros que lo necesitan. Pueden acudir de forma anónima y sin miedo a ser juzgados".
Además del estrés propio que da el trabajo de un piloto como los horarios disruptivos, la fatiga, el sueño, pueden tener problemas personales, "un divorcio, no ver a la familia, temas de custodia, todo esto sumado a otro tipo de problemas más ligados a la profesión en sí, hacen que busquen ayuda psicológica". Adela González es la presidenta de la Asociación Española de Pilotos Aeronáuticos.
El entorno personal, pero especialmente el laboral, puede percatarse de que algo no va bien en la vida de un piloto de aviones. La tripulación ha de saber detectar las señales de alarma. "Comportamientos intrusivos, agresividad, negatividad, tristeza, cambios bruscos en la manera de actuar, pueden ser actitudes que hagan saltar las alarmas", afirma la presidenta de AEPA.
El sector de la aviación pone el acento en el apoyo psicológico y en los exámenes que han de pasar estos profesionales. Los protocolos de seguridad han ido evolucionando a lo largo de los años. En realidad, la seguridad en sí misma fue modificada después de los atentados del 11-S, pero Germanwings puso en el centro del debate algo tan importante como la salud mental de aquellos que en su trabajo son responsables de cientos de vidas.




