La escritora Leila Guerriero tiene un "archivo de sueños": "Los reviso y me producen placer y pavor"

Leila Guerriero lleva más de tres décadas dedicándose a la escritura. A principios de los años 90, esta argentina de ascendencia italiana, siria y alemana lleva trabajando en el periodismo, para casi dos décadas después, en 2005, iniciarse en los libros con su obra de no ficción Los suicidas del fin del mundo.

Desde entonces, la autora ha creado una amplia trayectoria por las letras que ya supera la decena de publicaciones literarias, además de numerosos premios. El último fue el Premio Zenda de Narrativa 2023-2024 por su último libro La llamada.

Eso que le ha servido para labrarse una carrera de éxito, la escritura, no es una herramienta que Guerriero utilice para liberar los pensamientos. La argentina reconoce que no cree en "la función catártica de la escritura", sino que se ha limitado a ser su trabajo. A veces sí sucede, cuando estás en una especie de rumia o de ruido mental. Sentarte delante de la computadora y empezar a teclear automáticamente, poner algunas ideas sin ningún tipo de cuidado estético. Pero después eso no lo guardo", reconocía en En clave de Rhodes, en una charla junto al pianista James Rhodes.

Algo distinto le ocurre con los sueños. Leila Guerriero ha confesado que tiene lo que ella misma denomina como un "archivo de sueños". La argentina asegura soñar en exceso, por lo que en muchas ocasiones, cuando tiene sueños le impactan particularmente, los apunta en su ordenador, anotando tanto el día de la semana como la fecha exacta. Eso sí, al despertar, porque si no "el sueño se evapora".

Durante sus procesos creativos, esos sueños que ha ido guardando a lo largo de los años le han servido "de trabajo consultorio". "A veces reviso esos archivos y me producen pavor y placer a la vez", afirmaba. Por un parte, Leila Guerriero siente pavor al releer algunos que tuvo hace tiempo porque no los recuerda, salvo algunos sueños puntuales que no puede olvidar. "Hay una sensación de desconocimiento de uno mismo. ¿Quién era yo cuando estaba soñando esto?, ¿cómo puede ser que yo haya soñado eso y no lo recuerde?, ¿todo eso estuvo dentro de mí y se me borró por completo?", decía, casi pensando en alto.

Por otro lado, la escritora siente un gran placer al encontrarse con un sueño verdaderamente inspirador, sintiéndose agradecida de haber tomado nota de aquello que le impactó. "Si bien ahora está completamente desactivado, creo que sería lo más cercano a tomar una nota para recordar quién era yo", sostiene.