La dura realidad de una atleta de alto rendimiento que aspira a los Juegos Olímpicos: "Es la cara que no solemos ver de este deporte"

Madrid

El último programa de El Faro de la Cadena SER ha girado en torno a la velocidad. ¿Y qué mejor que una atleta de alto rendimiento para hablar sobre el tema? En esta ocasión hemos contado con Fátima Ouhaddou, una de las grandes sensaciones del atletismo español y una de las voces más autorizadas del país para hablar sobre el tema. Porque, a sus casi 32 años de edad, la atleta ha ganado dos medallas de oro en el Campeonato Europeo de Atletismo en Ruta de 2025 y es una de las grandes bazas de la delegación española de cara a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles.

A lo largo de este programa, Ouhaddou ha hablado sobre sus inicios en el mundo del atletismo y sobre cómo no tenía demasiado claro que pudiera dedicarse a lo que por aquel entonces consideraba un hobby. De hecho, la protagonista de esta historia llegó a compaginar su pasión con otros trabajos en el campo... e incluso en una funeraria. Todo ello hasta que los resultados comenzaron a llegar y pudo dejar de lado este trabajo para dedicarse al deporte de alto rendimiento.

El sacrificio de los Juegos Olímpicos

A partir de entonces, Fátima Ouhaddou comenzó a quemar etapas en el mundo del atletismo hasta convertirse en una de las grandes referentes de la competición. A pesar de que se quedó a las puertas de los Juegos Olímpicos de París, la atleta reconoce que lo seguirá dando todo con el objetivo de llegar a los próximos juegos de Los Ángeles, que se celebrarán en el año 2028. Y sabe que, para poder llegar a esta cita, va a tener que hacer muchos sacrificios. Más aún ahora que tiene una hija pequeña, quien sigue todos y cada uno de sus pasos en el mundo del atletismo: "Ella es la que más me empuja porque, en los entrenamientos más duros, suele estar con su papá gritándome desde el coche".

El Faro | Velocidad

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Prepararse para unos mundiales como los que se celebrarán en próximo mes de septiembre en Japón, así como unos Juegos Olímpicos como los de Los Ángeles, provoca que la atleta no pueda estar con su familia tanto como le gustaría. El maratón es una prueba de 42 kilómetros que se completa en algo más de dos horas, 2:24 en el caso de Fátima Ouhaddou, y para poder prepararse para este tipo de carreras se necesitan meses y meses de entrenamientos. Entrenamientos intensos en los que también se superan las dos horas y que impiden a Fátima irse de vacaciones tanto como le gustaría.

"Es muy duro"

De hecho, reconoce que lleva como tres años sin ir a la playa: "Es muy duro, llevo sin ir a la playa casi 3 años. Si voy a la playa es para mojarme los pies y para estar en contacto con el agua fría, pero no para disfrutar. La verdad es que es una situación muy complicada, sobre todo en pruebas como el maratón, porque cuando preparas una maratón son muchos meses y, cuando terminas, solo quieres descansar".

Cuando termina estas pruebas está tan agotada que no le apetece ni tan siquiera marcharse de vacaciones: "Lo que quiero es estar con mi familia porque pierdo mucho tiempo que no puedo disfrutar con ella. Lo que más me llena de mis vacaciones es poder estar con mi familia. Es raro, sí, pero me apasiona estar con mis hermanos, ver a mi madre, a mi sobrino, y pasar el máximo tiempo con ellos. Porque me he perdido muchos cumpleaños, fiestas y bodas...". Unas palabras que han llevado a Julia Molina a reconocer que es una cara que no solemos ver sobre los deportistas de alto rendimiento: "Es la cara que no solemos ver de este deporte".