"Es una emergencia dentro de otra emergencia": conocemos desde dentro cómo se apaga un incendio forestal
En este relato sonoro abordamos las fases de un fuego, los niveles de peligro y cómo se pone a salvo a la población

"Es una emergencia dentro de otra emergencia": conocemos desde dentro cómo se apaga un incendio forestal
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
"Todo comienza con la detección del incendio. Puede ser por el aviso de uno de los puestos de vigilancia en el monte, podemos recibirlo gracias a nuestras patrullas móviles, medios aéreos de otros servicios como Salvamento Marítimo y, lo que más, por las llamadas de teléfono de usuarios", relata Alejandro Rodríguez, agente medioambiental en el Servicio del Plan de Prevención y Defensa contra los Incendios Forestales de Galicia (PLADIGA).
Una vez recibida la alarma, "se vuelcan los primeros datos en un aplicativo" para que quede registrado el posible incendio. Después, el protocolo de la Xunta establece que "se debe movilizar una brigada". Cabe recordar que la prevención y la extinción de los incendios forestales es competencia de las comunidades autónomas y cada una de ellas aprueba un plan para trazar la hoja de ruta en la respuesta a esta emergencia.
La unidad que se desplaza hasta donde se ha desatado el humo es la que está más cerca de este punto para cumplir con el objetivo de los 20 minutos: "Es el tiempo que como máximo debe transcurrir desde que recibimos el aviso hasta que llegamos. Así lo establece nuestro protocolo aunque a veces se complica por la poca accesibilidad".
En esto pone el acento Vanesa Molina, bombera forestal en la brigada de Sevilleja de la Jara (Toledo): "A veces tenemos que llegar caminando porque los vehículos no pueden acceder a la zona exacta. Vamos con un camión pesado que es el autobomba cargado con 4.000 litros de agua. Cuando tenemos que atravesar pequeñas poblaciones y el camión no puede pasar por muchas calles, buscamos rutas alternativas que nos retrasan más que si cogiéramos el otro camino que es más corto".
Vanesa detalla que en su unidad son 8 efectivos: "2 van en el autobomba y 6 en un vehículo 4x4". Cuando llegan al punto del incendio, el agente medioambiental que les acompaña se adelanta "para hacer una primera previsión de la evolución del incendio" en base a factores como la vegetación, la orografía o las condiciones meteorológicas. "El agente medioambiental o forestal es el que asume la dirección técnica de extinción", cuenta Rodríguez, con más de 30 años de experiencia y un millar de fuegos a sus espaldas en los que ha desempeñado esta función.
Comprobado el estado del incendio, el director de extinción traza una estrategia para sofocarlo y es "responsable de todos los medios que se incorporen": "Por esa razón, al menos en Galicia, a medida que se va complicando se aplica el sistema de mando operativo para descargar de ciertas responsabilidades al director y estar centrado únicamente en cómo acabar con el incendio. Él puede designar a un jefe de operaciones aéreas, a un auxiliar para un puesto de recepción de medios para que aquellos que se incorporen tengan más facilidad a la hora de entrar en el incendio. También puede haber un jefe de logística, de análisis de las condiciones meteorológicas...", argumenta Rodríguez.
Por su parte, Molina señala que "reciben las primeras órdenes de actuación cuando el director de extinción ya ha hecho una primera valoración": "Nos dice con qué trabajaremos primero, si con manguera o con las herramientas. Nos explica los motivos, debatimos las instrucciones y cuando estamos todos de acuerdo en que podemos cumplir con el objetivo que nos hemos marcado, actuamos".
Nada queda al azar, ya que la comunicación es permanente entre todo el dispositivo gracias a los walkie talkies. Por seguridad, "normalmente los trabajos de extinción comienzan por la cola, los flancos derecho e izquierdo y la cabeza". A esta última, cuenta Molina, se le conoce como "punto del hombre muerto": "Ahí no vas a ver medios terrestres. Podríamos vernos atrapados porque el incendio se puede reproducir a la espalda de la unidad y la cabeza es lo que avanza más rápido". Todo ello teniendo en cuenta que un cambio en la dirección del viento podría truncar toda la táctica. Vanesa Molina es punta de lanza, apunta con la manguera y es en ese caso la primera que "traga humo": "Si estamos atacando por detrás no trago humo, en el momento que así ocurra ya le digo a los chicos que algo va mal".
Niveles de gravedad y de situación operacional
"Podemos tener en un principio la estrategia de ataque organizada pero está sujeta a los posibles riesgos del incendio", señala Alejandro Rodríguez, "debemos prever si puede afectar a una granja, a una urbanización... ahí es cuando el director técnico decide si hay que elevar el nivel de gravedad potencial al 2". Son un total de cuatro (0, 1, 2 y 3). En los tres primeros es la comunidad autónoma la que tiene el mando, a diferencia del último nivel: "Si se activa el 3 quiere decir que es de interés nacional y asume las riendas el Estado. Nunca se ha dado esta situación por el momento el momento".
Si el fuego escala al nivel 2 de gravedad potencial significa que "pueden verse dañadas viviendas, infraestructuras como carreteras y grandes entidades forestales". Se da parte al centro de coordinación para que establezca el grado de peligro y, una vez fijado, se pueden solicitar medios extraordinarios. "Podemos pedir las Brigadas de Refuerzo en Incendios Forestales, la UME o los hidroaviones FOCA que hacen una descarga de en torno a unos 10.000 litros de agua", explica Pablo Gutiérrez, técnico coordinador de emergencias en la Agencia de Protección Civil de Castilla y León.
Cabe destacar que para la movilización de estos recursos extraordinarios, ya sea de la propia autonomía o del Estado, se activan los niveles de situación operacional: "Estos índices responden a los medios que son necesarios para afrontar el nivel de gravedad potencial del incendio. Si tenemos el nivel de situación operacional 2 quiere decir que los medios del entorno que se han puesto a disposición no son suficientes".
Desalojos y confinamiento
Otra pata de la cronología de la extinción de un incendio son los desalojos de poblaciones. Según Gutiérrez, se establece una ruta de escape a un lugar seguro y se habilita un centro de acogida como un polideportivo: "Estamos en contacto con los alcaldes y a la hora de movilizar a las personas para que abandonen sus casas, contamos con la Guardia Civil y con agrupaciones de voluntarios". Además, matiza que en los centros de acogida se distribuyen kits de emergencia que constan de sacos, termos o productos de higiene. Igualmente, están en contacto con el SACYL "para proveer a quien necesite de medicamentos si fuera necesario".
"Hablamos mucho de desalojos pero es importante contemplar la opción del confinamiento. Un incendio muchas veces se propaga por un combustible forestal y el entorno urbano como un pueblo puede servir de barrera. No hay que movilizar a una población con los riesgos que conlleva si es factible esta alternativa", defiende Gutiérrez. Desgrana algunas medidas de seguridad en caso de mantenerse en la vivienda como tapar las rendijas con paños húmedos, cerrar las ventanas y no salir.
El incendio de Sierra Bermeja, el único de sexta generación en España
El 24 de octubre de 2021 el INFOCA dio por extinguido el incendio que arrasó 8.401 hectáreas de Sierra Bermeja (Málaga) correspondientes a los términos municipales de Estepona, Jubrique, Júzcar, Faraján, Benahavís, Genalguacil y Casares. El fuego estuvo activo durante 45 días y se necesitaron 6 para darlo por controlado. El motivo es que adquirió una dinámica propia de los incendios de sexta generación, con la presencia de hasta tres pirocúmulos que favorecían su retroalimentación y la amenaza constante de pavesas incontroladas.
Javier Alcántara, bombero forestal por aquel entonces en la brigada de Faraján, estuvo todos y cada uno de los días del fuego: "Los pirocúmulos levantaban una corriente de aire bastante fuerte hacia arriba y esa corriente de aire arrastraba ceniza, bastante humo, vapor y pavesas calientes. Corríamos muchos riesgos porque podía originar focos secundarios detrás de la zona de nuestra actuación y quedarnos atrapados". Tanto era el nivel de peligro que los efectivos terrestres fueron evacuados a la zona segura.
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Javier Alcántara, bombero forestal: "Se actuó todos los días"
Por su parte, el que fuera el director técnico de extinción, Alejandro García, alude a la "letal paradoja" en los incendios de sexta generación: "si las condiciones meteorológicas mejoran, como que aumente la humedad relativa, la columna convectiva de humo se desploma porque el incendio pierde energía y no puede mantenerla". Esa caída, asegura, produce fuertes corrientes de aire disperso y que se ensanche el fuego en todas las direcciones. Afortunadamente, ese fenómeno no llegó a producirse en septiembre del 2021 en Sierra Bermeja.
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Alejandro García, director técnico de extinción: "La columna convectiva puede llegar a caer por su propio peso"
Rememora el incendio en Pedrógão Grande (Portugal) en 2017 "que nos costó meses comprender". Indica que cuatro años después, en Sierra Bermeja, se produjeron sus mismo fenómenos y fue el conocimiento "obtenido en el incendio en el país vecino el que motivaron la toma de decisiones y el diseño de estrategias nunca antes adoptadas en España".
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
2. Alejandro García, director técnico de extinción: "La clave está en aprender de la experiencia propia y ajena"
En las labores de extinción se llegaron a desplegar en Sierra Bermeja en una sola jornada 1.437 profesionales de distintos cuerpos y fuerzas de seguridad y emergencias bajo el mando del INFOCA, además de 51 medios aéreos.
Estas cifras reflejan la complejidad de un incendio forestal declarado en una zona con orografía muy complicada y con unas condiciones meteorológicas muy adversas. Las llamas obligaron a evacuar a 2.670 personas y acabó con la vida del bombero forestal almeriense Carlos Martínez Haro que, como muchos efectivos, se desplazaron desde sus provincias para combatir el fuego.




