Siria convoca sus primeras elecciones generales tras la caída del régimen de El Asad
Los comicios se celebrarán entre el 15 y el 20 de septiembre de este mismo año
Un combatiente islamista hace guardia afuera del edificio del Parlamento sirio con un retrato mutilado del derrocado líder Bashar al-Assad / Scott Peterson
Madrid
La Alta Comisión Electoral de Siria ha anunciado este domingo que las elecciones generales se celebrarán entre el 15 y el 20 de septiembre de 2025. Estos comicios serán los primeros desde la caída del régimen de Bashar el Asad, derrocado en diciembre del año pasado tras más de cinco décadas de dominio familiar. Su mandato estuvo marcado por una brutal represión, especialmente durante la guerra civil iniciada en 2011, que dejó cerca de 600.000 muertos, según estimaciones de organismos internacionales.
Más información
El proceso electoral se enmarca en la transición política liderada por el nuevo presidente interino, Ahmed Husein al Shara, también líder del grupo islamista Hayat Tahrir al Sham (HTS), que ha asumido el poder tras un acuerdo provisional con actores regionales e internacionales.
El presidente de la Comisión Electoral, Mohamed Taha, ha asegurado en rueda de prensa que las elecciones a la Asamblea Popular de Siria cumplirán con los estándares democráticos exigidos por los aliados occidentales. Entre las garantías anunciadas figuran la presencia de observadores internacionales y la posibilidad de impugnar los resultados, según recoge la agencia oficial SANA.
Un gran cambio en el Parlamento sirio
Taha también ha detallado una reestructuración del Parlamento, que pasará de 150 a 210 escaños. El 20 % de ellos estará reservado para mujeres, y la distribución territorial se basará en el censo de población de 2011. No obstante, el presidente Al Shara conservará una influencia significativa al nominar directamente a 70 diputados.
Según el nuevo marco constitucional provisional, el sistema electoral será mixto: dos tercios de los escaños serán elegidos de forma indirecta por comités locales compuestos por expertos y figuras comunitarias, mientras que el tercio restante será designado por el presidente. Esta fórmula busca sortear la falta de infraestructura electoral, el desplazamiento masivo de población y la ausencia de un censo actualizado tras más de una década de conflicto.
