Científicos resuelven el misterio de la mayor epidemia marina de la historia, que se ha cebado con las estrellas de mar
Una bacteria ha provocado una desaparición masiva de estos animales marinos, alterando gravemente los ecosistemas del Pacífico norte


Durante más de una década, la costa oeste de Norteamérica ha sido escenario de una catástrofe ecológica sin precedentes: la desaparición masiva de miles de millones de estrellas de mar, víctimas de una enfermedad que las desintegra en apenas dos semanas. Ahora, un equipo internacional de científicas ha identificado al culpable: una cepa de la bacteria Vibrio pectenicida.
El hallazgo, publicado en la revista Nature Ecology & Evolution, pone fin a años de incertidumbre sobre la causa de la enfermedad del desgaste de las estrellas de mar (SSWD, por sus siglas en inglés), considerada la mayor epidemia marina jamás documentada en la naturaleza. Desde Alaska hasta México, más de 20 especies han sido afectadas, entre ellas la estrella de mar girasol (Pycnopodia helianthoides), de la que se ha perdido más del 90 % de la población.
La cepa FHCF-3 de Vibrio pectenicida provoca una infección agresiva que comienza con lesiones externas y culmina en la destrucción total de los tejidos del animal. Las estrellas infectadas sufren contorsiones, pierden sus brazos y mueren rápidamente. El patógeno fue identificado tras cuatro años de investigación liderada por el Instituto Hakai, la Universidad de Columbia Británica (UBC) y la Universidad de Washington, en colaboración con diversas instituciones científicas y conservacionistas.


La desaparición de las estrellas de mar ha desencadenado un efecto ecológico en cascada. Sin estos depredadores naturales, las poblaciones de erizos de mar se han disparado, arrasando los bosques de algas marinas que sirven de hábitat para numerosas especies clave en la pesca, la recreación y el turismo. Estos ecosistemas también son fundamentales para las comunidades indígenas costeras, la captura de carbono y la protección frente a tormentas.
"Cuando perdemos miles de millones de estrellas de mar, la dinámica ecológica se ve alterada", explica Melanie Prentice, primera autora del estudio. "La pérdida de los bosques de algas tiene implicaciones profundas para todas las especies marinas y para las comunidades humanas que dependen de ellas".
El descubrimiento del patógeno abre nuevas vías de investigación, especialmente en torno a la relación entre el calentamiento de los océanos y la proliferación de Vibrio. "Sabemos que esta bacteria prospera en aguas cálidas", señala Alyssa Gehman, ecóloga de enfermedades marinas. "Ahora podemos estudiar cómo la temperatura influye en la propagación de la enfermedad".
Los investigadores trabajan ya en estrategias de recuperación, como la cría en cautividad, el trasplante experimental y el análisis genético de ejemplares resistentes. "Este hallazgo nos permite avanzar hacia soluciones concretas para restaurar las poblaciones de estrellas de mar y los ecosistemas que dependen de ellas", concluye Jono Wilson, director de ciencias oceánicas de The Nature Conservancy.




