La trágica historia del árbol más aislado del planeta: "Era lo único que quedaba en 400.000 kilómetros cuadrados a la redonda"
El árbol de Teneré llegó a ser un símbolo del Sáhara

La trágica historia del árbol más solitario del mundo: "Era lo único que quedaba en 400.000 kilómetros cuadrados a la redonda"
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Madrid
El Sáhara es el desierto cálido más grande del mundo. Durante el día, las temperaturas pueden superar los 50 grados centígrados y, cuando cae el sol, pueden llegar a situarse por debajo del punto de congelación de cero grados. De ahí que no sea un rincón especialmente agradable para el crecimiento de plantas y árboles, pues tienen que enfrentarse a temperaturas de lo más extremas que dificultan -y mucho- su desarrollo. Si a esto le sumamos que la precipitación media anual en gran parte del Sáhara es inferior a los 100 milímetros, la vegetación se queda prácticamente sin opciones de sobrevivir en un rincón tan hostil.
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Sin embargo, siempre hay ejemplares que luchan contra natura con el objetivo de sobrevivir incluso a los escenarios más extremos. Entre ellos el famoso árbol de Teneré. Una acacia, considerada en su momento como el árbol más solitario del planeta, que se convirtió en la única superviviente de un bosque muy antiguo, tal y como ha explicado el escritor Diego González en el último programa de SER Aventureros: "Era una acacia solitaria en mitad del desierto que medía unos 20 metros de alto. Era la única cosa que se elevaba más que un hombre en cuclillas en 400.000 kilómetros cuadrados. O sea, una superficie similar a la de toda la península ibérica en la que solo había un árbol".
El árbol más aislado del mundo
El árbol era tan peculiar que incluso aparecía en los mapas de la época, pues podría ser de gran ayuda para quienes quisieran cruzar el desierto. Sin embargo, este acabó siendo destrozado por un conductor libio que pasará a la historia como uno de los peores conductores de la historia: "Dicen que fue un conductor libio que estaba cruzando el Sahara con su camión. Según cuentan, había bebido un poquito más de la cuenta, no se dio cuenta y se empotró contra el árbol".

A pesar de que no había nada a su alrededor en cientos y cientos de kilómetros a la redonda, el conductor libio no se dio cuenta de que había un árbol y se lo comió por completo: "Se empotró contra el árbol y lo arrancó. Acabó con la única acacia. Con la única cosa que había en 400.000 kilómetros cuadrados a la redonda". Tras este accidente, el gobierno de Niger se llevó el árbol a un museo de la capital. Mientras tanto, en el lugar que cayó el árbol también instalaron una escultura mecánica en memoria de la acacia caída.
A falta de un choque, dos
Lo más surrealista de todo ello es que, varios meses más tarde, llegó otro conductor que también empotró el camión contra la estructura metálica: "Esto empieza a no parecer de casualidad. Llega un punto en el que dices esto una vez vale, pero dos yo creo que ya no lo es tanto".
Por lo tanto, y a pesar de que era el árbol más aislado de todo el desierto del Sáhara, un conductor acabó destruyéndolo por completo y un segundo conductor también arrasó con el homenaje que le había preparado el gobierno.

David Justo
(Astrabudua, 1991) Periodista especializado en tecnología que aborda la vida digital desde otro punto...




