Arsuaga asegura que la música "no sirve para nada" y cuando explica por qué, se entiende todo

Juan Luis Arsuaga, paleoantropólogo y escritor, nos invita a recorrer un viaje por nuestra historia a través de la música. Es probable que la música, de una manera primitiva precediera al habla, ya que nuestros ancestros probablemente usaron vocalizaciones melódicas, o ritmos, o expresiones faciales para comunicarse. Pero para averiguar en qué punto de la historia de nuestra especie la música cobró un significado, hay que desplazarse hasta un pasado muy lejano: "Se encontraron flautas hechas con hueso de las alas de buitre, una prueba definitiva de que había música hace 40.000 años", ha revelado Arsuaga.

Estas tendencias musicales también pudieron estar presentes en la vida de los neandertales, pues se han encontrado en Chile restos de agrupaciones de piedras que tienen un sonido especial y que en la Prehistoria se utilizaban como instrumento percutivo. "Eran inteligentes pero no como nosotros, eran más prácticos".

"Lo que caracteriza al ser humano es el delirio"

La música sin embargo, no cumple tan solo una función práctica o evolutiva, ya que es uno de los ejercicios artísticos que ha moldeado la evolución de nuestras capacidades, pues, según el paleoantropólogo: "El ser humano tiene un cerebro, una mente delirante. Lo que caracteriza al ser humano es el delirio. No somos nada prácticos. Creemos en la existencia de cosas que no tienen existencia".

Este delirio nos caracteriza desde la prehistoria: "La idea de que la naturaleza se comunica, de que la naturaleza está animada, de que tiene espíritu, es una gran parte del delirio".

Y el arte es el mejor ejemplo, ya que no es una actividad práctica, sin ningún carácter evolutivo y de superviviencia. "Lo hacemos por la ilusión y el deseo, y es lo que nos diferencia del resto de animales", ha subrayado Arsuaga. "Una vez que hemos conseguido lo esencial, si lo piensas por un momento, [el dinero] lo gastamos en sueños, en entretenimiento, en cine, en teatro, en viajar, en deportes, en música, no vale para nada", ha sentenciado el escritor. "La música lo que transmite son emociones".