Alba Abiega: de directiva de Tesla a bodeguera en la Ribera del Duero

Madrid

Llegar a ser directiva en Tesla no es algo que esté al alcance de cualquiera, pero la riojana Alba Abiega acabó siendo la máxima responsable de una parte de su negocio en Europa, África y Oriente Medio. En concreto, de la gestión de los coches usados que recibían de sus clientes como pago en especia.

Antes de eso había formado en Alemania, se había curtido en una startup de publicidad online y, después de trasladarse a Londres, había crecido de forma fulgurante en el sector de la automoción. Una trayectoria que llamó la atención en Tesla y que le llevó a Ámsterdam, donde ha vivido varios años.

Pero Alba Abiega echaba de menos España y, de repente, con los 40 recién cumplidos, decidió dejarlo todo para cumplir su sueño de siempre —montar su propia empresa— y, de paso, el de su padre, que ha trabajado durante años para algunas de las bodegas más importantes de Rioja —Marqués de Cáceres, Faustino, Lan— y también fantaseaba con crear la suya.

Adiós a las reuiniones

"En mi casa siempre ha estado muy presente la viña", explica a la Cadena SER. "Y aunque trabajaba en La Rioja, mi padre iba mucho a la Ribera del Duero y en los 90 acabó comprando un viñedo en el que, además, empezaron a implementar algunas técnicas innovadoras".

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Durante años, ese viñedo había surtido a varias de las bodegas más prestigiosas de la zona (no quiere dar nombres, pero asegura que todos las conocen). Pero, de repente, Abiega atisbó la posibilidad de huir de los mails y las reuniones, y le preguntó a su padre: "¿Y si nos atrevemos?".

¡Y se atrevieron! El próximo lunes, de hecho, sale al mercado la primera referencia de la bodega Alba en Ribera: Alba desde Zero, un tinto joven con 9 meses de crianza (12,95) con el que pretenden llegar a un público medio y quién sabe si también al que fue su jefe, Elon Musk.

"Recibí algún mail suyo, pero no teníamos trato directo y realmente no sé si le interesa el vino", detalla.

Un poco de vértigo

Después de dejar su despacho en Tesla por un viñedo situado en un pequeño pueblo de 179 habitantes (Olmedillo de Roa, Burgos), Abiega reconoce sentir cierto vértigo y haberse preguntado muchas veces si el proyecto saldrá bien, pero al mismo tiempo se muestra confiada porque ya lleva muchos años optimizando proyectos ajenos, así que el suyo no tiene por qué dársele peor.

De hecho, aun a sabiendas de que estaba dejando una situación de cierto privilegio económico, su círculo más cercano le ha apoyado plenamente.

Tampoco le asustan las circunstancias: los aranceles, el descenso en el consumo de vino... "Yo creo que las ventas de Ribera del Duero son muy estables y, además, la gente bebe menos, pero busca más calidad", detalla. "Estamos muy satisfechos con nuestro vino y mi compromiso con el proyecto no puede ser mayor".