Selecciona tu emisora

Ir a la emisora
PerfilDesconecta
Buscar noticias o podcast

La obsesión de Howard Vyse por los explosivos y cómo casi acabó con uno de los mayores monumentos del mundo

En esta ocasión el cronovisor de Jesús Callejo se sitúa en el año 1837, cuando la arqueología era un campo incipiente con dudosos métodos

Madrid

Richard William Howard Vyse nació en 1784 y murió en 1853, por lo que vivió durante una época en la que la arqueología no estaba demasiado desarrollada y se utilizaban métodos más agresivos" –según apunta Jesús Callejo– y "buscando la inmediatez del hallazgo" –tal y como afirma Nacho Ares–. Este coronel de la Guardia Civil hace situar el cronovisor de Callejo en este programa de SER Historia en el 26 de mayo de 1837.

Este "mago del taladro y de las explosiones", como le denominan presentador y colaborador, utilizaba la pólvora muy a menudo, estando a punto de destruir monumentos históricos para la humanidad. En esta ocasión, Howard Vyse se encontraba en la meseta de Gizeh, taladrando La Gran Esfinge desde la cabeza, ya que era la única parte que no estaba cubierta por la arena del desierto.

Más información

Este obsesionado por las explosiones estaba convencido de que había cámaras secretas por todos lados y que dentro habría papiros y otros documentos que desvelarían los grandes misterios de la civilización egipcia. A medida que Howard Vyse va desenterrando parte del monumento, va descubriendo inscripciones en él, lo que le hace estar aún mas motivado para seguir trabajado en ello.

El código iframe se ha copiado en el portapapeles

La obsesión de Howard Vyse por los explosivos y cómo casi acabó con uno de los mayores monumentos del mundo

00:00:0003:40
Descargar

"No deseo desfigurar este monumento venerable"

Comienza con las explosiones muy concretas y localizadas, y continúa taladrando. ¿El problema? Que a los ocho metros de profundidad, nada más y nada menos, el taladro se encalla y no puede continuar. "No deseo desfigurar este monumento venerable", escribía el coronel en su diario, por lo que abandona el uso de la pólvora que tanto le gustaba, como asegura el colaborador.

Callejo apunta que "menos mal que paró". En 1978, el egiptólogo Zahi Hawass, al limpiar de nuevo La Esfinge, encontró partes del tocado de la cabeza del monumento debido al efecto de la onda expansiva que habían generado las explosiones de 1837. "Si Howard Vyse hubiera seguido con esa obsesión por los explosivos nos hubiéramos quedado sin esfinge", sentencia Callejo.

Tras ver que podría destruir lo que hoy es un monumento emblemático para toda la humanidad, Howard Vyse decidió rendirse y poner el ojo en otros lugares de la meseta de Gizeh.

 

Directo

  • Cadena SER

  •  
Últimos programas

Estas escuchando

Hora 14
Crónica 24/7

1x24: Ser o no Ser

23/08/2024 - 01:38:13

Ir al podcast

Noticias en 3′

  •  
Noticias en 3′
Últimos programas

Otros episodios

Cualquier tiempo pasado fue anterior

Tu audio se ha acabado.
Te redirigiremos al directo.

5 "

Compartir