El futuro ya está aquí
Rosa Moreno, experta en la sociología de la moda, nos descubre la moda y los modos de los cíborgs

"El cíborg es una imagen condensada de imaginación y realidad"
— Donna Haraway
Con su texto fundacional 'Manifiesto Cíborg' (1985), Donna Haraway ya apuntaba a ideas que en aquel momento sonaban utópicas o lejanas pero que, actualmente, se aproximan a la realidad. El concepto de cíborg alude a la fusión entre tecnología y cuerpo. Una especie de hibridación que lograría integrar dispositivos tecnológicos en nuestro propio físico, para mejorar y superar las barreras del cuerpo.
En España, hay dos conocidos cíborgs: Neil Harbisson y Moon Rivas. Harbisson es la primera persona del mundo que ha sido reconocida como cíborg por la administración, pudiendo lucir la antena que lleva inserta en el cráneo en la foto de su pasaporte. Este suplemento tecnológico le permite oir los colores: él padecía acromatopsia, una condición de la vista que hace ver el mundo en escala de grises, y mediante su antena traduce las frecuencias de los colores a sonido. Utiliza esta capacidad aumentada como parte de su práctica artística y, uno de sus discípulos, Kai Landre, se autodefine como el primer músico cíborg español.
La estética cíborg trata de asemejar la realidad a la imagen tecnológica. Diseñadores como Alexander McQueen o John Galliano han dedicado icónicas colecciones a esta cuestión con looks futuristas y muy impactantes, utilizando desde luces led hasta mallas anatómica.
Una de las colecciones más recordadas a este respecto fue la de Alessandro Michele para Gucci en 2018 inspirada, precisamente, en el 'Manifiesto Cíborg'. Los modelos desfilaban con copias de sus propias cabezas en la mano, abriendo así el debate de hasta dónde puede llegar la capacidad de mímesis de la tecnología. Aunque la colección hablaba de seres post humanos, Michele no expresaba su idea del futuro mediante las prendas —románticas, retros y artesanales—, sino que mediante esa performance.
Dentro de este universo es imposible no citar a las influencers virtuales. Son mujeres creadas por estudios de diseño y publicidad, que son idénticas a las personas reales —pero sin envejecer—. La más conocida es Lil Miquela, que con más de dos millones de seguidores, se pronuncia sobre temas de actualidad, promociona firmas de lujo y ocupa asientos preferentes en las principales semanas de la moda.
Esta estética del poshumanismo también se ve reflejada en la calle, aunque de manera muy minoritaria, porque sus códigos son bastante extremos y poco prácticos. Sus mayores exponentes son Hannah Rose Dalton y Steven Raj Bhaskaran, que forman el dúo de diseñadores Matières Fécales. Mezclan moda y tecnología para sus performances y, con un aspecto no humano —a través de prótesis de silicona para modificar la apariencia de su anatomía—, cuestionan los estándares de belleza y la naturaleza del consumo.




