Leonardo Sbaraglia, de rodar con Almodóvar al teatro: "En el escenario está la verdad del actor"

"Cuánto hablan los argentinos", bromeaba Jacobo Bergareche esta semana en una rueda de prensa. Damos fe, después de conversar con Leonardo Sbaraglia. Contaba el escritor que invitó a su casa al actor para comentar la adaptación de una de sus novelas que iba a llevar al teatro. Le sacó una tortilla de patatas y Leo se puso a recitar la obra. Llegó la mujer de Bergareche y pensó que estaban teniendo una conversación, hasta que se dio cuenta, en primer lugar, de que solo hablaba Sbaraglia. "Bueno, es argentino". Luego cayó en que estaba recitando una de las novelas de su marido, Los días perfectos.

Los días perfectos es una propuesta que llega desde Argentina con Julieta Novarro a cargo de la producción general, de la mano en España de ProduccionesOff y con la actriz y productora Mónica Regueiro al frente. Es una traducción teatral que ha adaptado, dirigido y ambientado musicalmente Daniel Veronese, basado en la novela homónima de Jacobo Bergareche. Toda traducción es una traición, recordaba Veronese: "Sentí que tenía una emotividad y estaba tan llena de imágenes. Además, al estar narrada en primera persona, facilitaba mucho la posibilidad para teatro. Usé un tercio del del material, deseché una parte que sobraba para el teatro, porque en el teatro tienes que llevar a la gente de la nariz, de principio hasta el final, sin que se vayan nunca".

Ampliar

Cerrar

Jacobo Bergareche, que ahora está adaptando otra de sus novelas al cine, reconoce que toda adaptación es complicada, que hay algo que "tienes que matar". "Hay parte del texto que no va, Daniel me explicó que iba a utilizar la segunda carta, porque tenía como una unidad en sí misma, que vivía en el escenario. Y yo dije: bueno, no me voy a angustiar, a veces hay que confiar".

Los días perfectos es una revisión literaria y poética del matrimonio y de la vida sentimental, después de 17 años de rutina y convivencia, a partir de las cartas originales que William Faulkner escribió a su amante Meta Carpenter. La trama comienza cuando Luis, el protagonista, las descubre en un centro de documentación en Texas e, inspirado por ellas, decide mandar una larga carta (o email) a su mujer, Paula. Es un monólogo, pero Leonardo Sbaraglia conversa con todas las Paulas, hombres y mujeres, que hay entre el público, subrayaba el actor. "Es un monólogo confesional. Llegó el momento, tenemos que hablar, no hay frase que dé más miedo en una relación", reconocían los tres.

Ampliar

Cerrar

En la obra se habla mucho del hastío dominical, así que le hemos preguntado a Leonardo Sbaraglia cómo es un domingo perfecto para él, cuáles son esos placeres gratuitos de los que le gusta disfrutar y que se mencionan en la obra. Nos confiesa que tiene un campito a cien kilómetros de la capital de Buenos Aires, sin grandes lujos, rústicos, tranquilo y con vacas donde le gusta disfrutar de la naturaleza, de los pájaros y del mate, que no han parado de beber durante la rueda de prensa previa a la entrevista.

En la obra se defiende la importancia de la fantasía y de la imaginación para vencer al tedio en el matrimonio, pero ¿cómo de complicado se antoja esto en estos tiempos? Con el actor de 55 años hemos conversado del paso del tiempo, del envejecimiento, de la capacidad de aceptar que todo tiene su final. También de la falta de tiempo y de paciencia para escribir cartas o emails tan largos como este, que consta de 31 páginas el texto, en esta sociedad de lo rápido, instantáneo y sin sustancia. Y, por supuesto, de su debut en el teatro en España. Reconoce que tenía muchas ganas, pero que no encontraba el momento entre tanto compromiso cinematográfico, como le pasaba a Joaquín Furriel, que ha tenido que paralizar algún rodaje para poder interpretar a Ricardo III.

"No dejes nunca de hacer teatro, Leo, no dejes nunca de hacer teatro porque ahí es donde está la verdad del actor", recuerda que le decía siempre Norma Aleandro. "Muy cierto, uno puede crecer en cualquier trabajo, como en el cine, pero el crecimiento del actor en el teatro es infinito. Nunca te aburres porque nunca haces lo mismo. Es un surco cada vez más profundo o vas abriendo nuevos surcos. Así que estoy entusiasmado con este espectáculo", dice.

Ampliar

Cerrar

Tienes toda la entrevista, además de en vídeo, en tu plataforma de audio favorita.