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Abdulrazak Gurnah, Nobel de Literatura 2021: "Cuando dejas tu país, ese vínculo queda para siempre. La memoria no nos deja elección"

El escritor tanzano publica 'Un largo camino', su primera novela tras ganar el Nobel

Abdulrazak Gurnah

Abdulrazak Gurnah

Madrid

Cuenta el escritor Abdulrazak Gurnah (Zanzíbar, 1948), que estaba escribiendo 'Un largo camino' cuando recibió la llamada en la que le comunicaron que era el nuevo premio Nobel de Literatura. "La consecuencia de recibir esta llamada es que tuve que dejar de escribir porque requirió toda mi atención. Tuve que hacer entrevistas, mantener reuniones con otros escritores, todo resultaba demasiado intenso y no me permitía poder seguir escribiendo. Y es verdad que tu vida cambia, estás más ocupado, pero todo es muy positivo". Gurnah está de paso por España presentando aquella novela que pudo retomar un año después, y que cuenta la historia de tres jóvenes Karim, Fauzia y Badar, educados en entornos distintos pero que sueñan con un mundo lleno de posibilidades en la Tanzania de los años 90. Una novela que habla de amor y resiliencia, con una mirada al colonialismo y al exilio, asuntos centrales de su obra, que en castellano publica la editorial Salamandra.

De qué necesidad surge contar esta historia?

"Cuando empiezo a escribir siempre surge de la necesidad de desentrañar determinadas cosas, de entenderlas, de investigarlas. No siempre empiezas a contar una historia por algún motivo. En este caso es un motivo mío, que parte de mi, la historia surge por una injusticia, por una falsa acusación de robo. Por una parte está el robo físico, pero también el metafórico, pues dentro de la novela se muestran vidas robadas. También está la idea de mostrar cómo lentamente suceden cambios en determinados lugares del mundo, y creo que esos cambios no son muy distintos de los que suceden en otros lugares".

Los protagonistas son Karim, Fauzia y Badar, tres jóvenes que proceden de entornos diferentes, entre los que hay un hecho diferencial que es la educación y las oportunidades que les brinda a sus vidas...

"Todos los personajes que se presentan vienen con problemas distintos. Todos tienen sus problemas. Y a mí lo que me interesa en estas historias es ver cómo cada uno juega sus cartas. Tenemos a Karim, que tiene una educación y el apoyo de su padre y más adelante el de su madre. Tenemos a Badar, que no tiene a nadie y no entiende muy bien lo que pasa en su vida. No tiene estudios, es un sirviente y no tiene nada, y se ve obligado a dejar el colegio. Y también tenemos a Fauzia. Todos están en diferentes situaciones y lo interesante de la historia es ver cómo se van desenvolviendo en la vida".

Usted abandonó Tanzania, en plena revolución para poder estudiar. ¿Cuál cree que habría sido su destino de no haberlo hecho?. ¿Alguna vez ha pensado que no debería haberse ido, que debería haberse quedado?

"Ha habido muchos momentos a lo largo de mi vida que he pensado qué he hecho y si era lo correcto. Y me sigo haciendo esa pregunta a mí mismo y en general a la sociedad, y a la gente sobre la que escribo me gusta plantear esa pregunta. Por ejemplo, en uno de mis libros que en español se titula 'Deserción', hay un hermano que se va y otro que se queda. Y la cuestión es si siempre es mejor buscar una vida mejor o aguantar. Es una respuesta que aún no tengo".

Ese exilio voluntario le hecho vivir entre dos culturas, la propia y también la adoptada en Gran Bretaña, dos países con una relación poscolonial complicada, llena de altibajos. ¿Siente que pertenece a los dos mundos?. ¿Qué ha aprendido de esa tradición heredada que ha vivido en la distancia?

"El tema de la pertenencia es un poco complicado o se ha vuelto complicado últimamente, porque la sensación de hogar se ha vuelto complicada, aunque no imposible para mí, para muchísima gente sí lo es. Puede haber más de un hogar, el lugar donde naces y donde creces y con el que tienes un vínculo emocional, y de alguna manera una especie de conocimiento intuitivo del lugar. Y también está el lugar donde tienes que ir a trabajar por necesidad o por lo que sea, y que acaba convirtiéndose también en tu hogar. Por lo tanto, es posible tener más de un hogar, pero claro, con significados distintos. Cuando hay un vínculo, no se puede negociar. Cuando tú dejas un país, ese vínculo queda para siempre, y esa pertenencia y ese hogar. Y luego también tenemos una parte de memoria, que no nos deja elección porque hay cosas de tu país de origen que vuelven por sí solas, aunque quieras olvidarlas".

La inmigración, la historia colonial y postcolonial de África son asuntos centrales en su obra. En alguna entrevista le he escuchado decir que faltaban relatos sobre estos temas. Con el paso de los años, ¿cree que siguen faltando?

"Supongo que lo que quise decir es que no sabemos lo suficiente, especialmente la gente de fuera del continente africano, de las historias, de las realidades actuales y que siempre es mejor saber que no saber. Y si existe esa brecha en el conocimiento, pues es un buen espacio que tratar de llenar y un espacio muy agradable para un escritor para crear. Sin embargo, no diría que es el motivo para escribir, sí para contar una historia sobre un lugar y durante la investigación de un determinado problema o de lo que sea, pues uno acaba teniendo que dar un contexto. Y porque creo que un escritor siempre tiene que ser muy específico sobre la localización de sus historias. Creo que es verdad que como lectores tenemos esa especie de bonus donde, además del placer de leer, conseguimos quizá entender una situación o entenderla mejor o incluso descubrir algo nuevo. Y eso es la parte de los placeres de la vida".

'Un largo camino' de Abdulrazak Gurnah

'Un largo camino' de Abdulrazak Gurnah

'Un largo camino' de Abdulrazak Gurnah

'Un largo camino' de Abdulrazak Gurnah

En uno de los pasajes de la novela hay un personaje que se pregunta por esos extranjeros que van a su país y dice, ¿qué quiere esa gente de nosotros?, ¿a qué vienen aquí?. Hace una reflexión muy interesante, sobre la forma en la que esas personas consideran a los lugareños que son unos inútiles y unos incompetentes, que no están a la altura. Y luego, por otro lado, esos extranjeros cómo actúan dejando tras de sí dolor y vidas destrozadas, que para ellos no significan nada. ¿Esta situación ha cambiado a lo largo de los años?

"Debemos recordar que estas palabras vienen por parte de la madre de Fauzia, que habla con una gran amargura tras el fracaso matrimonial de su hija. Y es verdad que sí, que yo creo que hay ciertos lugareños que perciben así el turismo. Y ahí la distorsión es aún más grande. Cuando los extranjeros que van a los lugares son extranjeros ricos tienen un impacto más potente. Pero, por ejemplo, en sociedades prósperas como España, que reciben una grandísima cantidad de turismo, el impacto es menor en comparación con lugares más pequeños. Es verdad que la presencia de muchísima gente con poder económico puede cambiar mucho determinadas cosas, incluido cómo se comportan las autoridades, que quizá no deberían permitir determinadas cosas. Y sí que hay una respuesta de enfado por parte del pueblo, que se ve de alguna forma forzado a cambiar. Pero bueno, son discursos que también podéis escuchar en ciudades como Barcelona".

Sobre la llegada del turismo al país, al que hace referencia en la novela, fue una oportunidad de crecimiento económico, pero también un agujero para la corrupción...

"El tema del turismo es relativamente nuevo. Yo diría que no tiene más de 30 ó 40 años, así que lo he visto crecer, empezando con un turismo de un presupuesto más bajo. Ahora, hay hoteles más grandes. Y una de las cosas positivas es que los estados autoritarios se comportan de forma ligeramente diferente porque quieren esconder este lado autoritario. No quieren que el turista perciba estas cosas y adoptan una actitud más amable. Otras cosas positivas es que se arreglan las aceras para que no se tropiecen los turistas, el agua, hay agua corriente, la electricidad, se abren restaurantes . Son cosas de las que se benefician los locales. Aunque hay cosas que no cambian en absoluto porque los turistas no van a las escuelas. Los hospitales tampoco mejoran, pero bueno, sí, a veces sí que dificulta la vida de los locales, pero hay otras cosas en las que se mejora. Es verdad lo que mencionas de que la autoridad se ve de alguna forma por el turismo seducida por la corrupción. Y también la gente que vive allí tiene de alguna manera una disrupción de sus vidas normales debido al turismo, e incluso limitaciones por el uso de las playas, por ejemplo. Pero la parte positiva es que hay una inversión en el país. Ahí hay más puestos de trabajo mejores".

Usted tiene 77 años y ha vivido el exilio. Con el paso del tiempo, ¿entiende por qué vamos hacia políticas cada vez más restrictivas y de cierre de fronteras, en vez de que vayamos en dirección contraria?

"Sí que lo puedo entender. Me parece que es parte de cómo funciona la sociedad que va avanzando dos pasos en una dirección y luego da un paso atrás. Por ejemplo, con la Unión Europea. Se abrió para tener más movilidad entre países, lo cual era algo muy positivo y de repente el Reino Unido decidió que no quería ser parte de esto, lo cual es una decisión que a mi entender es muy difícil de comprender. Supuso un paso atrás, pero de otra forma. Pero veo también las fronteras como algo cada vez más permeable. Hay cada vez más y más países en África que están decidiendo no utilizar visados para viajar entre países africanos. Se dan de alguna manera pequeños pasos para ir abriéndonos, pero siempre habrá gente en contra, por supuesto. Pero sí que me parece que tanto en Europa como África hay un deseo de abrirse, aunque siempre con límites".

Antes mencionaba su novela 'Deserción', igual que en aquélla, la historia de 'Un largo camino' abarca varias décadas y distintas generaciones. Es una novela de personajes en la que subyacen temas como el amor, la lealtad y la resiliencia. ¿Son los otros grandes temas de su obra?

"Sí me gusta pensar y celebrar la resiliencia del ser humano, la capacidad de una persona de aceptar y adaptarse a determinadas situaciones, e incluso de ofrecer apoyo a los demás. Me gusta pensar que hay algo noble en esa capacidad del ser humano de responder ante la dificultad. Y muchas veces hay gente cuyas vidas están absolutamente destrozadas por las guerras y se ven obligadas a someterse a viajes horribles a través de las montañas y llegar a un lugar sin dinero, llenos de traumas, y aún así ser capaces de llevar una vida".

 

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