El mal del corazón que derivó en el nacimiento de la palabra 'nostalgia'
Una emoción que nació como diagnóstico médico suizo en el siglo XVII

El mal del corazón que derivó en el nacimiento de la palabra 'nostalgia'
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A finales del siglo XVII, un joven médico suizo llamado Johannes Hofer se enfrentó a un fenómeno que desconcertaba a los militares de su tiempo: soldados que caían en una profunda tristeza al escuchar una canción. No era melancolía, ni depresión. Era algo nuevo. Un dolor que no se alojaba en el cuerpo, sino en el alma. Lo llamó "nostalgia".
La palabra, que hoy usamos para describir una emoción universal, nació como un diagnóstico médico. Hofer la construyó combinando dos términos griegos: nostos (retorno) y algos (dolor). El resultado fue una nueva enfermedad: el dolor por no poder volver a casa.
En SER Historia, el palabrista José Luis Díaz Prieto explicó que este "mal del corazón" afectaba especialmente a los mercenarios suizos que combatían lejos de sus montañas. Cuando escuchaban una canción tradicional que hablaba de reunir a las vacas al atardecer —un momento íntimo y cotidiano en su tierra natal—, muchos quedaban abatidos, incapaces de seguir luchando. La canción, cantada en arpitano (un dialecto alpino con influencias castellanas), fue incluso prohibida por los generales, que temían perder a sus tropas por culpa de la emoción.
La nostalgia, entonces, no era solo una emoción. Era una amenaza militar. Pero también una revelación: el ser humano podía enfermar de añoranza.
Durante siglos, la nostalgia fue considerada una dolencia real. En el siglo XVIII, algunos médicos la trataban con opio, sangrías o incluso exilio forzado. En el XIX, se convirtió en una preocupación entre los psiquiatras. Y no fue hasta el siglo XX cuando dejó de verse como una patología para convertirse en una emoción legítima, incluso deseable.
Hoy, la nostalgia es parte de nuestra vida cotidiana. Nos conecta con la infancia, con los lugares que amamos, con las personas que ya no están. Es el motor de la memoria emocional, el hilo invisible que une pasado y presente. Como dice Díaz Prieto, "hay una nostalgia que nos hunde, pero también otra que nos ilumina, como la luz de las estrellas que ya no existen pero siguen brillando en el cielo".
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