Un español reescribe la extinción de los dinosaurios: "no estaban en declive cuando llegó el meteorito"
Un equipo internacional, con participación del leonés Jorge García- Girón, demuestra que los últimos dinosaurios de Estados Unidos antes del impacto del asteroide, eran "diversos, abundantes y vivían en ecosistemas ricos", poniendo en duda la idea extendida de que vivieron una extinción lenta

Caitlin Leslie, una de las investigadoras, recogiendo muestras paleomagnéticas de la Formación Nacimiento del Paleoceno inferior en la cuenca de San Juan, al noroeste de Nuevo México. Crédito: Daniel J. Peppe

Madrid
En la Formación Hell creek, al norte de Estados Unidos se han encontrado triceratops, tiranosaurios y un largo etcétera de dinosaurios muy conocidos. 1000 kilómetros en línea recta hacia el sur, en la formación de Ojo Álamo, Nuevo México, se han hallado restos de Alamosaurus, hadrosaurios y hasta de pequeños mamíferos.
La presencia de estos gigantescos seres vivos en estas dos formaciones es muy famosa. No es el descubrimiento que publica hoy en Science un equipo internacional de paleontólogos entre los que está el profesor español, experto en paleo-ecología, Jorge García-Girón, de la Universidad de León.
En declaraciones a la SER, García Girón explica lo que han hecho y por qué es tan importante: "hemos datado con muchísima precisión los restos del yacimiento al sur -Ojo Álamo- para constatar que son coetáneos al del norte, el de Hell Creek. Al situar a ambos dentro de los últimos 340.000 años antes del meteorito que cayó en Yucatán y extinguió a los dinosaurios, inferimos que esta especie seguía siendo una especie muy variada, con muchos taxones (tipos) distintos". Pero... ¿por qué esto es importante?
El profesor lo explica ante nuestro micrófono usando un tono muy didáctico: ¿Cómo calificarías a una especie que tiene tanta variedad en dos puntos distintos, tan separados, y a la misma vez? ¿Dirías que está en declive? El hecho de que siguieran existiendo tanto saurios y tan distintos en dos puntos relativamente cercanos nos habla de que siguieron siendo diversos hasta el último momento", añade.
"Con una diversidad taxonómica tan muy alta", concluye, "con dinosaurios distintos y comunidades al norte y al sur tan diversas, creemos que se debe hablar de una especie floreciente en los momentos previos al meteorito". Y va más allá, con toda la prudencia: "podemos, descartar, al menos por el momento, (la ciencia está en continua revisión) la hipótesis que sugiere que los dinosaurios vivían desde hace miles de años en un declive lento como especie que les predispuso a desaparecer cuando llegó el meteorito". No fue así.
"No estaban condenados", sentencia García- Girón
"Argumentamos que el conjunto de evidencias sugiere que los dinosaurios fueron abruptamente abatidos al final del Cretácico y no estaban en un declive a largo plazo". Con esta frase, un equipo del que forma parte el español, y liderado por el paleontólogo Andrew G. Flynn reabre de nuevo -y pretende zanjar- un debate eterno en el gremio.
Durante décadas, los paleontólogos han discutido sobre si los dinosaurios desaparecieron de forma súbita (en apenas años, que en una escala geológica es muy poco tiempo) o si su declive fue progresivo, lento, previo al impacto del meteorito que supuso su extinción y marcó el final del Cretácico, hace 65 millones de años. El debate no es, por tanto, sobre si fue un meteorito el que acabó con ellos. Esa tesis ya es mayoritaria y ya goza de un amplio consenso científico. La clave es entender en qué estado estaban los dinosaurios que quedaban. Si un lánguido declive, causado por cambios en el clima, en la vegetación o en la cadena alimentaria, los hizo más vulnerables a la catástrofe. O si no fue así.
Ahora este nuevo estudio, que publica Science, ha llegado a una interesante conclusión tras analizar fósiles de la formación Kirtland al norte de Nuevo México, en Estados Unidos: los dinosaurios de esa zona sobrevivieron prácticamente hasta el momento del impacto del asteroide en "un entorno ambiental rico y variado y con una gran diversidad", refutando esas hipótesis que sugerían que habían sufrido un declive prolongado en las últimas etapas del Cretácico que les volvió más propensos a la extinción. El autor principal es Andrew G. Flynn, del Museo nacional de historia de EEUU, pero en el amplio equipo que ha llevado a cabo el descubrimiento
El "miembro" Naashoibito
La Formación Ojo-Álamo, o "Pizarra de Kirtland", es una formación geológica datada en 74 a 65 millones de años en los estados de Texas y Nuevo México. Es el producto de depósitos de fangos aluviales y de bancos de arena que formaron los canales de una zona costera que existió allí a finales del período cretácico. Esta formación tiene varios "miembros".
- Una formación (como la Formación de Ojo Álamo) es una unidad geológica reconocible por sus características: tipo de roca, color, composición y fósiles.
- Dentro de una formación, puede haber variaciones locales o capas con características distintivas que permiten dividirla más. Esas subdivisiones se llaman "miembros".
Dentro de la formación Kirtland están el Miembro Bisti, el Miembro Hunter Wash , el Miembro Farmington, el Miembro De-na-zin y el Miembro Naashoibito. Esta última zona es la que se ha estudiado. Es, según los autores, "una capa de roca rica en fósiles que tienen 66 millones de años y que preserva algunos de los últimos dinosaurios no avianos conocidos". De hecho, y es textual del paper científico, "las principales capas portadoras de fósiles de dinosaurios están dentro de los últimos 340.000 años antes del meteorito" lo cual los coloca, como explicábamos al principio, y como nos recuerda García Girón "como coetaneos de sus vecinos al norte en la formación Hell Creek".
Una datación muy precisa
Esta precisión se ha logrado "combinando geocronología por argón-argón y magneto-estratigrafía", explica el profesor. Son dos métodos que permiten establecer la edad de los sedimentos con un margen de error de apenas unos miles de años.
"Los dinosaurios que hemos encontrado en la zona incluyen una variedad de especies que abarcan grandes grupos, tamaños y categorías dietéticas". explican en el estudio. Tampoco parecen "anómalos" ni "empobrecidos" como especie en comparación con faunas anteriores [...] lo que sugiere que prosperaban en Nuevo México, a la vez que en Hell Creek "hasta el final del Cretácico", dice el texto.
Entre las especies identificadas en este yacimiento se encuentran hadrosaurios lambeosaurinos (dinosaurios de pico de pato) y el titanosaurio llamado Alamosaurus. Ninguna de estas dos especies se encuentran en los registros fósiles más al norte donde se han encontrado los triceratops o los tiranosaurios. Los dinosaurios seguían siendo una especie diversa, lo cual aleja la hipótesis del declive.
Aunque el profesor García-Girón se muestra cauto, y pide esperar a más trabajos científicos en otros puntos del mundo, el paper que publican en Science nos deja esta frase categórica: "argumentamos que todo este conjunto de evidencias sugiere que los dinosaurios no avianos fueron abruptamente abatidos al final del Cretácico y no estaban en un declive a largo plazo".
Implicaciones globales
El estudio se centra en Norteamérica, y por eso los autores, piden que se investigue en otros puntos del mundo llevando a cabo dataciones tan precisas como la suya. Eso sí, en el texto apuntan esta frase: "comienzan a emerger señales similares en Europa y Sudamérica donde se empiezan a encontrar evidencias de que los dinosaurios también resistían en los 340.000 años finales del Cretácico". En estos casos, estas faunas diversas y resistentes, "eran diversas, con una variedad de herbívoros y carnívoros, de diferentes tamaños y pertenecientes a grandes grupos como terópodos, saurópodos y ornitisquios".
No parece que eso signifique que estaban sufriendo una extinción lenta sino que "los ecosistemas dominados por dinosaurios fueron heterogéneos, diversos (...) hasta los últimos cientos de miles de años antes del impacto del asteroide".
Según los autores, lo que vemos es un testimonio fósil de un mundo que desapareció de repente, no por desgaste lento , sino por un cataclismo.
El debate sigue
Alguna de las primeras reacciones que han llegado a Science media center señalan que la controversia sigue. Por ejemplo, leemos a Gerta Keller, catedrática de Geología y Paleontología en el departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Princeton (EEUU), dice que "el artículo no es de buena calidad porque omite mucha información".
En su opinión, "la teoría alternativa del cambio climático y ambiental que condujo al declive a largo plazo de los dinosaurios durante 300.000 a 400.000 años está bien documentada por expertos en dinosaurios. Sin embargo, la teoría del impacto de un asteroide sigue siendo aceptada indiscutiblemente por muchos expertos en dinosaurios hasta la fecha". Por eso se pregunta cuál es la verdadera edad del impacto de un asteroide. Y señalan que "esta pregunta ha sido constantemente ignorada y/o negada por los partidarios del impacto, incluyendo los descubrimientos de vidrio de impacto prístino (las esférulas) en 1999 y 2000, y nuevas perforaciones en 2003. Se descubrió por la verdadera edad del impacto de Chicxulub que este se estrelló en Yucatán 200.000 años antes de la extinción masiva de los dinosaurios hace 66 millones de años". En su opinión, "el impacto no causó cambios ambientales significativos ni extinciones. Fue un simple incidente en nuestro universo, mientras la vida continuaba como siempre".
Su texto continúa señalando que "hace 66 millones de años, erupciones volcánicas causaron un infierno sin precedentes y la rápida extinción de los dinosaurios junto con la especie más pequeña superviviente, la diminuta Guembelitria cretacea unicelular, que aún sobrevive en la actualidad. Esta es la extinción masiva que causó el fin de los dinosaurios y otras especies hace 66 millones de años. Así que no fue un asteroide lo que causó la extinción masiva, sino erupciones volcánicas masivas en la India". En su opinión, "el artículo es bastante deficiente, con los mismos errores y datos incompletos repetidos. La evidencia existente ha estado desactualizada durante décadas, pero aún hoy se repiten las mismas teorías. El artículo no aporta evidencia nueva, solo la repetición de viejas creencias".

Javier Ruiz Martínez
Redactor de temas de sociedad, ciencia e innovación en la SER. Trabajo en el mejor trabajo del mundo:...




