El único punto débil de los dragones y cómo acabar con ellos
Con este sencillo tutorial ya no tendrás ningún problema
El único punto débil de los dragones y cómo acabar con ellos
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Madrid
Vale, tienes razón, los dragones son unas criaturas mitológicas y, por lo tanto, nunca te vas a ver en la tesitura de tener que enfrentarte contra uno de ellos cara a cara. Pero seguro que en alguna ocasión has pensado cómo hacerle frente a este tipo de criaturas. Estoy seguro de que tenías un plan perfecto para acabar con Smaug en El Hobbit o con el dragón de los caminantes blancos en Juego de Tronos. Y no, no eres el único. Al igual que tú, hay muchas otras personas que han pergeñado todo tipo de estrategias para combatir este tipo de monstruos.
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Y en Serendipias hemos creado una guía útil para salir indemne de cualquier enfrentamiento contra un dragón... por lo que pueda pasar en un futuro. Todo ello a raíz de la pregunta del divulgador científico Eduardo Sáenz de Cabezón, presentador del programa Órbita Laika, a quien le ha entrado la necesidad de conocer la táctica perfecta para acabar contra este monstruo alado sin morir en el intento.
La cota de malla del dragón de Komodo
En el caso de Smaug, el dragón de El Hobbit, tenía un punto débil. A pesar de que estaba completamente acorazado, lo que nos impedía hacerle daño alguno en el cuerpo o cuerpo, le faltaba una escama. De esta manera, con un flechazo certero podríamos acabar con el monstruo de una vez por todas y restablecer la paz absoluta en el reino. Pero como estamos hablando de una criatura fantástica, y queremos ser lo más precisos posible, hemos decidido analizar a sus parientes más cercanos en el mundo real, los dragones de Komodo, para encontrar su punto débil. Y los dragones de Komodo también están acorazados por unas plaquitas de hueso muy pequeñitas en la dermis que conocemos como osteodermos.
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Una especie de cota de malla, tal y como nos cuenta el biotecnólogo Ricardo Moure, que le convierte en un adversario mucho más complejo de batir de lo que habíamos pensado inicialmente: "Si mirases un dragón de Komodo con rayos X le verías cubierto por una auténtica cota de malla que le sirve para protegerse de los de su especie. Porque los dragones de Komodo son caníbales y muy territoriales". Pero al igual que Smaug, estos reptiles también tienen un punto débil: "Están cubiertos de esta cota de malla en todas partes, menos en un lugar muy especial".
Una misión compicada
Y no, no es el corazón, como en el caso del dragón de J.R.R. Tolkien: "Los reptiles, sobre todo los lagartos, tienen lo que se conoce como ojo parietal, que se encuentra entre los ojos y la parte superior de la cabeza. Es, entre comillas, un ojo que no está del todo desarrollado. Un gurruño de células fotorreceptor cubiertas por piel que están conectadas con el cerebro. Pero ahí no hay osteodermos, por lo que esa piel que está encima de ese ojo parietal es mucho más vulnerable". De hecho, no hay ni cráneo: "Es como un agujerito que si tú metes el dedo por ahí le das en el cerebro".
Por lo tanto, y si alguna vez tienes que enfrentarte a un dragón, que sepas que lo más probable es que su punto débil se encuentre en el ojo parietal. Al tratarse de un reptil, es bastante probable que esta bestia cuente con esta cavidad y que, por ende, sea tan "sencillo" como lanzarle una flecha a esta altura de la cabeza y devolver la paz al reino.
David Justo
(Astrabudua, 1991) Periodista especializado en tecnología que aborda la vida digital desde otro punto...
