José Luis Sastre va a la biblioteca en busca de inspiración y la vida le golpea como nunca antes le había pasado: "Me sentí mal"
En busca de inspiración, Sastre llegó a una biblioteca de Madrid y se vio como el señor rodeado de jóvenes

José Luis Sastre va a la biblioteca en busca de inspiración y la vida de golpea como nunca antes le había pasado: "Me sentí mal"
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Madrid
La inspiración es un aspecto muy volátil, clave para un autor, pero muy difícil de conseguir y aún más de sostener. Pues justo esto es lo que le pasaba hace unos días a José Luis Sastre, que en un intento de agrandar su figura de escritor con nuevos textos, tuvo que marchar de su casa para encontrarse con sus musas.
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El sitio elegido por el periodista para acoger su tiempo de escritura fue la biblioteca de la UNED. Ubicada en el barrio de Lavapiés, sus muros de ladrillo y luces colgantes acompañan a muchas personas en sus momentos de trabajo o estudio.
Rodeado de jóvenes
En principio, Sastre esperaba que este día no fuera nada más que un nuevo episodio dentro de su costumbre, pero a su llegada a la biblioteca, la vida le tenía preparado un golpe clave que le perseguiría para el resto de su jornada.
Al entrar, ya sentado en una de las mesas del silencioso recinto, dirigió una mirada a su alrededor de la sala y se dio cuenta de un curioso aspecto, todas las personas sentadas a su alrededor eran, según el presentador del Hoy por Hoy, "excesivamente joven", lo que le colocaba a él de forma directa como una persona "muy mayor".
Para Sastre, lo que parecía a priori una insignificante observación, se convirtió en un duro golpe para el valenciano, ya que él estaba acostumbrado a ser "de los más jóvenes de entre los grupos en los que se movía".
"Me sentí mal"
Al verse rodeado de puro rostro joven, Sastre reflexionó y comenzó a preguntarse en qué momento había pasado de ser ese joven que, al ver a un señor de mayor edad en la biblioteca, se preguntaba "¿qué hace este aquí?, a ser ese mismo señor.
Fue tan doloroso este pensamiento, que Sastre se vio muy agobiado y tuvo que acabar marchándose de la biblioteca. "Me sentí mal", explicaba el periodista, que añadió que pensaba que estaba "fuera de tiempo".




