La sal que nos rodea: de formar palabras a la presencia en el cuerpo humano
De la sal de nuestro cuerpo a las Salinas de Torrevieja: un recorrido de la sal en la historia y el cine

Torrevieja
La sal acompaña nuestra vida mucho más de lo que solemos pensar. Está en nuestra piel, en nuestras lágrimas, en la memoria de los pueblos y en la arquitectura secreta de la naturaleza. Es humilde y fue divina, cotidiana hoy y sagrada apenas ayer, un elemento que ha sostenido historias de poder, de comercio y de superstición a lo largo de milenios.
Desde la Laguna Rosa de Torrevieja, un paisaje que parece virtual, un sueño pintado en tonos de acuarela, pero que guarda en su interior algo mucho más profundo: el rastro vivo de uno de los descubrimientos científicos más revolucionarios de nuestro tiempo. Un hallazgo enterrado en sal que ha cambiado la manera en que entendemos la vida.
La sal ha sido riqueza y castigo; ha sido símbolo religioso, metáfora cultural y piedra angular de imperios. Está en la Biblia y en la mesa de cualquier hogar. Inspiró caravanas interminables por el desierto y levantó fortunas en ciudades portuarias. Dio nombre al salario y alimentó supersticiones que hoy nos parecen extravagantes, como bebés “salados” antes del bautismo o ataúdes con un plato de sal para atrapar pecados. En la historia reciente, ¿Cómo fue la sal capaz de poner en marcha una revolución? Gandhi, caminando hacia el mar, recoge un puñado y lo levanta como si fuera un símbolo filmado en plano general, para desafiar a un imperio entero.
Pero más allá de la historia, lo que sorprende es la vigencia de la sal como protagonista. Aunque sepamos que sirve para realzar el sabor de unas patatas fritas, o de cualquier otro alimento, la realidad es que solo nos comemos un diez por ciento de lo cosechado por todo el mundo. El 90% mueve industrias enteras. Forma parte de la columna vertebral de la medicina, de la química y de la biotecnología modernas. Desde los conservantes más antiguos hasta los fármacos más sofisticados, la sal sigue siendo un hilo conductor entre lo remoto y lo actual.
No solo evocamos anécdotas históricas o curiosidades lingüísticas, también se pone en primer plano el testimonio directo: las voces de quienes trabajan en Las Salinas de Torrevieja, un escenario que lleva siglos suministrando el mineral blanco a España y Europa. Zaira González se encarga de llevarnos por los tres puntos esenciales de unas salinas únicas, con la ayuda del Director Industrial del complejo, Joseph Perez.
El viaje no se limita al pasado. La sal está en el futuro. Está en Marte, donde se han encontrado rastros de ella. Está en los experimentos de laboratorio que buscan curar enfermedades incurables, y también en los gestos sencillos de cada día, cuando estrechamos la mano y decimos “salud” como deseo universal.
Una invitación a mirar con otros ojos un elemento que damos por sentado. A descubrir que la sal no solo nos rodea, sino que nos constituye, nos explica y nos conecta con la historia de la humanidad. Quien escuche, no volverá a ver el salero de su mesa de la misma manera.




