Toni Aira: "Mal que nos pese, Trump, Meloni, Milei y Ayuso nos retratan"

En una sociedad cada vez más polarizada, en el ámbito político florecen personajes que destacan por sus personalidades extravagantes y donde objetos cotidianos han cobrado una potente simbología. Donald Trump pasó de magnate multimillonario a ponerse una gorra roja, Giorgia Meloni elige lucir uniforme negro para dar sobriedad a su liderazgo y Javier Milei ha hecho de la motosierra el símbolo de todas sus políticas. Triunfa en todas las partes del mundo una tendencia en la que la imagen es mucho más poderosa que el discurso político.

Para reflexionar sobre como un objeto sirve para describir toda una ideología y retratar a la sociedad actual que apuesta por este tipo de líderes que se alejan de los políticos tradicionales, Javier del Pino ha charlado con Toni Aira, doctor en Comunicación Social y Política y director del Máster en Comunicación Política e Institucional en la Universidad Pompeu Fabra. El politólogo acaba de publicar el ensayo Mitólogos. El arte de seducir a las masas (Debate), donde repasa las narrativas políticas actuales y el poder de la persuasión.

La sociedad del scroll infinito

En su libro, Aira explica el predominio de la imagen, de lo icónico e instantáneo por encima de la palabra y la argumentación. Los eslóganes funcionan cuando vienen en formatos muy cortos en una sociedad que parece haber dejado de lado el razonamiento y donde el diálogo no tiene cabida. "Creo en la ley del péndulo. Estamos en un extremo clarísimamente y, como seres humanos, tenemos una tendencia de ir de un extremo al otro. Espero que llegue una revolución de la información y que ser ignorante deje de ser sexy", incide.

Toni Aira también intenta explicar por qué nos seducen estos personajes y cómo entrenar la mirada que no calen en nosotros de una manera tan nítida e irracional. "La gente ya busca no tener unas instituciones o unos referentes perfectos porque las cámaras, las pantallas, y el scroll infinito nos han llevado a seguir a personajes que identifiquemos como atractivos y coherentes, incluso dentro de su incoherencia. Que haya poca distancia entre lo que percibimos que son y lo que dicen que son", sostiene.

En ese sentido, el politólogo destaca que el propio Donald Trump ya se definía así mismo como "impredecible" en campaña, algo que se acabó traduciendo en un premio en forma de victoria electoral. En la sociedad TikTok, de las historias de Instagram y de videos de un minuto, Aira ve complicado enfocar el discurso hacia personajes más coherentes, pero no imposible. "Hago una invitación a que seamos cada vez más conscientes cómo nos han enganchado las pantallas a esa dopamina constante que nos entretiene, nos distrae y nos configura el cerebro", dice.

"Mal que nos pese, Trump, Meloni, Milei y Ayiso nos retratan. Ellos son un producto de esta sociedad", concluye. Aira sostiene que, aunque esta técnica comunicativa no es exclusiva de los populismos o los neopolíticos, llama a los líderes a emplearla al servicio del bien o con la intención de invitar a la gente a pensar.