Verónica Casado, mejor médica de familia del mundo: “Si consigo que un paciente deje de fumar, estoy disminuyendo el cáncer de pulmón”

“Vengo a que me mandes una pastilla”. Andrés tiene 39 años, pesa 103 kilos y llega a la consulta de Verónica con los resultados de la analítica que le han hecho en su empresa, que concluye: obesidad, colesterol alto, glucosa alta y la tensión también alta. “No”, le responde la médica de familia, “¿tú qué quieres conseguir?”. Tras una conversación, establecen juntos algunos objetivos y, seis meses después de aquella consulta, Andrés había perdido 23 kilos, había normalizado el colesterol, el azúcar y la tensión arterial, y su riesgo cardiovascular había bajado del nivel 7 al 1. “Y ese proceso no se ve, hay un sesgo mediático o quizás nosotros tampoco lo publicitamos lo suficiente, pero nuestro impacto es importante: cuando yo consigo que un paciente deje de fumar probablemente estoy consiguiendo que disminuya el cáncer de pulmón”, cuenta la especialista en Medicina de Familia y Comunitaria Verónica Casado, reconocida en 2018 como la mejor médica de familia del mundo por la World Organization of Family Doctors (WONCA World).

“Mándeme al especialista”: el hospitalocentrismo del sistema de salud

“Tan malo es el médico de familia que lo deriva todo como el que no deriva nada”, opina Verónica sobre la frase que probablemente más pronuncian los pacientes en un centro de atención primaria: “mándeme al especialista”. La médica, también catedrática, ha luchado durante toda su carrera por la especialidad. “Para que los médicos de familia tengamos mayor reconocimiento tenemos que estar presentes en la universidad. Si enseñamos medicina solo desde una perspectiva hospitalaria, al final piensas que el médico de familia es el médico de lo banal, el que te hace la receta, el que te da la baja laboral... Pero resolvemos el 90% de los casos que vemos, desde un enfoque familiar y a lo largo del tiempo".

El médico de familia alarga la vida

Los países que tienen una atención primaria más potente tienen poblaciones más sanas: los estudios han demostrado que tener el mismo médico de familia durante más de quince años disminuye la mortalidad hasta un 25%. Verónica, recién jubilada, hace cuentas y concluye que “he acompañado a familias a lo largo de cuatro generaciones, de abuelos a nietos”. Más de treinta años trabajando con la misma población, a la que ha visto nacer, crecer, casarse, tener hijos... y a la que no solo ha curado, “también acompañamos, cuidamos, aconsejamos y, sobre todo escuchamos”. En ocasiones, muchos dramas: “pero nadie te cuenta de entrada que sufre un acoso laboral o sexual. Te dicen que tienen mucha angustia o están muy tristes, y tienes que descubrir qué puede haber detrás de aquello que te cuentan".

> Puedes escuchar arriba la conversación completa con Verónica Casado, Borja Quiroga y Javier del Pino.