Boyero estuvo desde los 10 años en un internado religioso: "Fueron años repugnantes"
El crítico de cine descubrió un sentimiento allí que sigue vigente en él actualmente
Boyero estuvo desde los 10 años en un internado religioso: "Fueron años repugnantes"
Madrid
Carlos Boyero, uno de los críticos de cine más conocidos y respetados de España, ha visitado Por el principio para charlar sobre algunos de sus aspectos más íntimos y varias curiosidades de su infancia.
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Boyero ha comentado con Ángeles Oliva y Toña Medina que su pasión por el cine le viene desde pequeño y, como prueba está la anécdota, ha confesado que se escapaba alguna que otra vez del colegio para ir al cine. También se ha abierto en canal y ha hablado sobre la tortuosa relación que tuvo con su padre, un hombre violento e inseguro que trataba con desprecio a todas las mujeres de su familia, incluida su madre, a la que maltrató física y psicológicamente.
Esta situación que vivió desde muy pequeño hizo que se uniera más a ella y, también, que se quedara con su apellido y se borrara el "Sánchez" de su padre. Este obligó al crítico de cine a que fuera a un internado religioso con 10 años y fue un lugar que marcó su infancia por la violencia y el maltrato de los curas.
El motivo de esta decisión fue que el padre de Boyero pensaba que este necesitaba mano firme para hacerse un hombre, puesto que era hijo, sobrino y nieto único. Allí vivió unos años de violencia, represión y castigos y siente que le deseducaron para siempre.
Boyero estuvo desde los 10 años en un internado religioso: "Fueron años repugnantes"
Boyero: "Tuve un miedo tremendo de separarme de mi madre"
"Mi experiencia fue repugnante, no sé la de los demás", apunta Boyero, que explica que fue un niño que cumplía con lo que le mandaban hacer en aquel internado, como ir a misa o confesarse. "Creía o me hacían creer que existía un Dios", ha relatado.
A causa del vínculo tan fuerte que tenía con su madre, el crítico pasó una mala época por haber tenido que separarse de ella al ir a este lugar. "Los primeros años en el internado fueron, por una parte, como un miedo de separarme de mi madre tremendo, por esa desprotección", ha confesado.
"Allí descubrí algo por lo que sigo sintiendo una desconfianza o asco notable, que es la autoridad", ha explicado Boyero sobre ese sentimiento de rechazo que sigue conservando en la actualidad y que nació en él a los 10 años. "En mi experiencia vital, la autoridad implica abuso, violencia y ejercer el poder contra el débil", ha destacado.
"Igual hay autoridades que funcionan muy bien, pero ahora que tengo 72 años, mi desconfianza sigue. Me reboto mucho con eso de la autoridad", ha concluido el crítico de cine.