El Supremo revisa el papel de Moncloa en la filtración del correo de Ayuso que descartó la sala de apelaciones

Madrid

Tercera jornada del juicio abierto al fiscal general por un presunto delito de revelación de secretos. Este miércoles declaran el dimitido secretario de los socialistas madrileños, Juan Lobato, y la actual numero dos en el PSM, Pilar Sánchez Acera. Sánchez Acera es la antigua asesora del Gobierno que también manejó el correo electrónico con la confesión de Alberto González Amador y que se lo hizo llegar a Lobato para que lo usara en un pleno de la Asamblea de Madrid contra Isabel Díaz Ayuso.

Es la que se ha conocido como 'vía Moncloa' que abrió el juez instructor, Ángel Hurtado. Sin ningún indicio que lo sostuviera inicialmente consideró que el correo que se investiga salió de Fiscalía General rumbo a la sede del Gobierno para acabar en los medios de comunicación. Sin embargo, cuando citó a declarar a Sánchez Acera y ella demostró que lo que tenía era un pantallazo de un documento distinto del que manejaba el Ministerio Público, su planteamiento se empezó a desmoronar. Cerró esta línea de investigación pero la recuperó en el auto con el que cerró la instrucción cuando dijo que el fiscal general filtró el documento "siguiendo ordenes de Moncloa".

La causa abierta al fiscal general: tres documentos y cuatro 'fuentes' distintas para una misma filtración

La sala de apelaciones le corrigió por unanimidad. En un auto dijo que "ciertamente esa afirmación fáctica no ha sido acreditada con suficiencia por lo que su inclusión en el relato fáctico era prescindible" y añadió que "se censura que algunas de las declaraciones en el proceso hayan sido tomadas en consideración como un indicio de que la filtración de la información a la Presidencia de Gobierno procediera de la Fiscalía".